Diez años sin malos humos, ¿una ley insuficiente?

Alarmados ante la cifra de muertos por covid-19 en nuestro país, que se acerca ya a los 50.000, hay que recordar que ese mismo número de fallecidos es el que se cobra cada año el tabaco en España.

El tabaquismo es considerado una enfermedad por la Organización Mundial de la salud. Puede ser causa de muerte, pero antes, para el fumador y los que le rodean, puede ser fuente de numerosos efectos colaterales. 7 de cada 10 fumadores quieren dejarlo y pensando en ellos, desde Enero del 2020, la sanidad pública se hace cargo de la medicación necesaria.

A pesar de los intentos legislativos, en España aún fuma casi un tercio de la población.

Diez años se cumplen ahora de la ley que prohibió fumar en todos los espacios públicos cerrados, mientras el gobierno debate un nuevo texto más estricto. 

La ley ha sido fundamental, no solamente para disminuir el consumo, sino para salvaguardar la salud de aquellas personas que no fuman. Se calcula que 600.000 personas han conseguido dejar de fumar en este tiempo. 

Casi 50.000 personas, desde agricultores a los distribuidores de máquinas expendedoras, viven de este negocio, que supone una ganancia para el estado de 9.000 millones de euros al año. Toda una cadena que convierte al país en uno de los principales productores, pero también y, debido al bajo precio de la cajetilla, en el estanco de Europa.

En este reportaje de Los Reporteros participan Lola Galera, exfumadora, Marcos García, director del Plan Tabaquismo Andalucía, Manuel Arenas, neumólogo especialista en tabaquismo, Antonio Luque, vicepresidente de la Asociación Hostelería Andalucía, José Luis Reyes Villadiego, propietario del restaurante la Resolana, Águeda Garcia-Agulló, directora general de la Mesa del Tabaco, Cosme Salas, portavoz de la Asociación Nofumadores.org y Catedrático de Psicobiología, Olivia Escaja, presidenta Asociación Estanqueros de Sevilla