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El Defensor del Pueblo Andaluz sale a la calle

Sus técnicos hablan con la gente y con las asociaciones que vertebran la vida en los municipios y, de paso, alivian el colapso que muchas veces limita la capacidad de acción de los servicios sociales municipales.

Situaciones que vienen de antes, pero que se agravan por las secuelas de la pandemia. Y éste es justo el clima que la Oficina del Defensor trata de imprimir en estos encuentros, en los que se mira cara a cara a la gente y sus problemas.

CANAL SUR MEDIA 30 mayo 2021

Cuando nos ocupa algún conflicto con la administración pública, los ciudadanos contamos con una herramienta que nos allana el camino y nos abre esas puertas que no siempre se abren por más que llamemos a ellas.

Es el Defensor del Pueblo Andaluz, un comisionado del Parlamento de Andalucía, que nos ofrece atención gratuita, sencilla, objetiva e independiente. Su sede está en Sevilla, aunque las formas para acceder a sus servicios son varias, por ejemplo, a través de su página web.

Pero, aún así, no todo el mundo conoce la institución o sabe cómo llegar a ella. Por eso, la Oficina del Defensor sale en ocasiones al encuentro de la gente y recorre diversos puntos de Andalucía. Hace unos días pasó por Antequera y un equipo del programa les acompañó para que ustedes conozcan mejor su trabajo.

Apenas se sienta frente al técnico que va a oír su reclamación y Vanessa se derrumba. Llora desconsolada porque lleva su problema a flor de piel. Le angustia no solo no hallar una solución, sino cómo encauzar la situación que le lleva a buscar el auxilio del Defensor del Pueblo Andaluz.

Justo para eso nació hace siete años esta iniciativa impulsada por el actual Defensor del Pueblo Andaluz, Jesús Maeztu. Se trata de ir al territorio para conocer mejor qué pasa y por qué.

Sus técnicos hablan con la gente y con las asociaciones que vertebran la vida en los municipios y, de paso, alivian el colapso que muchas veces limita la capacidad de acción de los servicios sociales municipales.

Situaciones que vienen de antes, pero que se agravan por las secuelas de la pandemia. Y éste es justo el clima que la Oficina del Defensor trata de imprimir en estos encuentros, en los que se mira cara a cara a la gente y sus problemas.

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