En un laboratorio en California, un grupo de científicos ha tejido, sin ayuda de la biología animal, la promesa de un cerebro sintético. No un cerebro completo, pero sí una estructura capaz de imitar los procesos funcionales de este órgano fascinante. Así, por primera vez, se ha logrado cultivar tejido neuronal funcional sin recubrimientos biológicos ni derivados animales.