Las intervenciones se han realizado en apenas 19 pacientes, y su objetivo principal era solo estudiar la seguridad, pero ambas han mostrado también efectos positivos, como una reducción de los movimientos involuntarios que caracterizan a esta enfermedad incurable.
Esta dolencia descubierta por el paleontólogo, cirujano y geólogo británico James Parkinson hace más de dos siglos es la segunda enfermedad neurológica más frecuente, después del alzhéimer. Unos 10 millones de personas la padecen en todo el mundo, unos 150.000 de ellos en España.