Para dar tiempo a la administración a apelar ante el Supremo.
Los jueces limitan la capacidad del presidente para imponer estos gravámenes y aseguran que esa autoridad pertenece al Congreso.
El Tribunal de Apelaciones del Circuito Federal de Estados Unidos ha dictaminado este viernes que la mayoría de los aranceles globales impuestos por el Gobierno de Donald Trump son ilegales, dando así la razón a otro tribunal que ya falló en contra de los gravámenes a finales del mes de mayo argumentando una extralimitación de las funciones del presidente.
Sin embargo, ha decidido mantener su vigencia hasta el 14 de octubre para permitir apelaciones del Ejecutivo estadounidense.
Por siete votos a favor y cuatro en contra, la corte ha fallado que el Congreso del país no otorga al mandatario estadounidense a través de la legislación en base a la cual Trump ha aprobado la mayoría de medidas arancelarias, la Ley de Poderes Económicos de Emergencia Internacional (IEEPA), una "amplia autoridad para imponer aranceles de la naturaleza de los aranceles sobre tráfico y recíprocos".
La revocación de los aranceles no será efectiva hasta el 14 de octubre, por lo que hasta esa fecha continuarán operando los gravámenes impuestos a las importaciones provenientes de la mayor parte de los países del mundo, y el Gobierno de Estados Unidos podrá apelar la decisión de la Justicia.
La fiscal general de Estados Unidos, Pam Bondi, ya ha anunciado que el Departamento de Justicia apelará el dictamen asegurando que la decisión es "errónea".
En concreto, son cinco las órdenes ejecutivas que podrían quedar paralizadas, entre ellas las que incluyen los aranceles recíprocos impuestos por Trump en el denominado 'Día de la Liberación' --el pasado 2 de abril-- y otra batería de gravámenes sobre China, México y Canadá. Otros, como la tasa del 25 por ciento sobre automóviles, acero y aluminio, quedaría fuera, al estar sujetos a la Ley de Expansión Comercial.
De esta manera, los jueces limitan la capacidad del inquilino de la Casa Blanca para imponer estos gravámenes y aseguran que esta autoridad pertenece al Congreso, tal y como dicta la Constitución estadounidense.
Se trata de un golpe para la política exterior de Trump, que ha recurrido a esos gravámenes para renegociar acuerdos comerciales. También lo usa como herramienta de presión ante gobiernos extranjeros para otros objetivos.
El mandatario ha argumentado que la revocación de los aranceles "destruiría" Estados Unidos y ha aseverado que su política comercial es "la mejor herramienta" para las empresas y trabajadores del país. "Estados Unidos ya no tolerará enormes déficits comerciales ni aranceles injustos, ni barreras comerciales no arancelarias impuestas por otros países, amigos o enemigos, que perjudican a nuestros fabricantes, agricultores y a todos los demás", ha añadido.