La instrucción de los procesos hasta que llega una condena se eterniza y Ana Villagómez lo achaca a que las leyes que se aplican son del siglo XIX.
La Fiscal delegada Antidroga para Andalucía Ana Villagómez ha asegurado en La mañana de Andalucía que es muy difícil llegar a la raíz de las organizaciones de narcotraficantes, entre otras razones, porque los juzgados están atascados y la investigación se eterniza.
"La ley de Enjuiciamiento Criminal es muy antigua, exacerba la garantías de la Defensa que lo recurre todo y los procesos se alargan mucho. El sistema no funciona para estos asuntos tan complejos", ha señalado, a la vez que ha abogado por la necesidad de "cambiar las leyes" porque reconoce que "el Código Penal permite poner penas altas", pero el problema está en la instrucción de estas causas que "duran años" debido a que "las normas son del siglo 19".
Y la situación, advierte, puede empeorar con la continua entrada de cocaína que está incluso desplazando al hachís como droga preponderante. "La situación es mejor que hace unos años con el golpe de efecto que supuso las detenciones y desarticulación de organizaciones con mucho dinero y droga intervenida, pero no se ha solucionado y la cocaína puede traer problemas más graves y más violencia", ha destacado.
Y es que indica que "parece que hay últimamente una superproducción del cultivo de cocaína en los países de origen y tienen que introducirla, de ahí esos transportes con tanta cantidad que están llegando incluso en contenedores a los puertos".
Lo curioso es que todo es muy conocido e incluso familiar: "Las rutas son las mismas, las embarcaciones las mismas y las organizaciones las mismas. No cambia, se mantienen las vías de entrada; por la zona del Guadalquivir donde saben que las persecuciones de la Guardia Civil son complicadas y cuentan con infraestructura para guardar la droga, y por las costas de Andalucía, especialmente Málaga, Campo de Gibraltar, Barbate, Chiclana, Conil y Puerto de Santa María. Además, ahora, con el uso de embarcaciones de alta velocidad se visibiliza más porque para lo único que se utilizan esas embarcaciones es para el tráfico de drogas o seres humanos, cuando antes se llamaba menos la atención y se usaban barcos pesqueros", ha explicado.
Incluso, las clanes de la droga son los mismos, perfectamente conocidos. "Son organizaciones muy asentadas. Familias que no van a irse de ahí. Muchos están en libertad provisional y siguen con sus negocios porque los juicios tardan mucho en salir y no van a cambiar de actividad porque les sale muy rentable".
Luego está el apoyo social con el que cuentan de quienes viven de la actividad de una u otra manera. "El dinero es goloso y es fácil de obtener, así que una parte de la sociedad se beneficia porque cobra o porque tienen negocios en los que se introduce el dinero y hacen la vista gorda", ha precisado, si bien admite que "aunque nadie viene a la Fiscalía a denunciar, hay quien, sin atreverse a dar la cara, colabora con las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad porque a la mayoría de la gente no le gusta esta actividad, es gente honrada".