LA MAÑANA DE ANDALUCIA
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'Historia de Roma contada para escépticos', el libro de desmentidos de Eslava Galán

El autor jienense ha llevado a La mañana de Andalucía su último libro en el que, como ha hecho con pasajes de la historia como la Guerra Civil, el Nazismo o la Revolución francesa entre otros, corrige errores que se han hecho populares.

12 November 2024

A La mañana de Andalucía con Jesús Vigorra se ha acercado el escritor y divulgador jienense Juan Eslava Galán, que ha publicado la 'Historia de Roma contada para escépticos', el décimo volumen de una serie en el que analiza algunos de los pasajes más importantes de la historia española y mundial.

Uno de los retos a los que se ha enfrentado al escribir este libro es poder condensar 1.000 años de historia en poco más de 400 páginas donde cuenta cómo desde un "villorrio", este pueblo "ocupó todo el mundo conocido", algo que le parece "portentoso".

A Eslava Galán le parece esencial conocer con exactitud la historia de Roma porque "la esencia de lo que somos nos lo ha legado Roma" y en ese sentido ha destacado "lo que hablamos que es un latín evolucionado", además de señalar a "la justicia con el Derecho romano".

Y en la parte más curiosa, también rompe mitos que han calado en la sociedad. Como ejemplo, aquello de que el emperador Nerón incendió Roma. "Nerón nunca incendió Roma, estaba fuera de Roma y puso todos los medios para socorrerla". Y es que ha contado que "era una persona educada por Séneca que luego se volvió loco". Y ahí ha apuntado una teoría que no está demostrada pero que cree puede estar detrás de la locura de sus gobernantes en los diez siglos de historia de Roma. "Endulzaban el vino que era muy áspero con limaduras de plomo y eso afectaba al cerebro", ha apuntado.

También ha desmentido la forma en la que tradicionalmente aparece crucificado Jesucristo, con clavos en la palma de las manos. "Los romanos ponían los clavos entre el cúbito y el radio", ha contado, desmitificando la crucifixión que "estaba a la orden del día porque era la muerte más infame y solo se aplicaba a los que no eran ciudadanos romanos".

Sobre el fin de Roma lo circunscribe a que "creció tanto que era ingobernable por su tamaño".

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