España cambiará el sistema de vigilancia de la enfermedad y sólo registrará los casos graves y vulnerables. Aún no hay fecha para la retirada de la mascarilla obligatoria en interiores, única medida restrictiva que queda de la fase aguda de la pandemia
La tasa de incidencia de la covid-19 en Andalucía se sitúa este viernes 11 de marzo en 269,58 casos por cada cien mil habitantes. Además se han registrado 2.736 contagios, mientras que 24 personas han muerto por la enfermedad.
Dos años después de la declaración oficial de la pandemia de covid-19, España está a punto de estrenar un nuevo escenario de transición en el control y vigilancia de la enfermedad, del que se sabe el "cómo", ya que se centrará en los casos graves y en los entornos vulnerables, pero no el "cuándo", pues no será hasta la semana que viene cuando empiece a perfilarse.
Así lo ha explicado la ministra de Sanidad, Carolina Darias, al término de las Jornadas del Sistema Nacional de Salud sobre Vigilancia en Salud Pública, en las que ha trazado junto los consejeros "el marco global" en el que se moverá la futura vigilancia de enfermedades transmisibles y no transmisibles, incluida la covid-19.
La llamada "Declaración de Zaragoza" incluye el compromiso de implementar la vigilancia centinela de las infecciones respiratorias agudas leves (IRA) en atención primaria y las graves (IRAG) en atención hospitalaria, en todo el territorio nacional, antes de que acabe el primer trimestre de 2023, para lo que se constituirá un grupo de trabajo con la participación del Ministerio y las comunidades.
En el caso concreto de la vigilancia de la covid-19, y hasta que se implante ese sistema centinela, habrá antes una fase de transición restringida a los casos más graves y las personas vulnerables.
Solo se hará un seguimiento individualizado de casos graves y de los "brotes epidémicos en entornos vulnerables, en riesgo de exclusión social y en otros ámbitos que se consideren de interés", según la declaración.
El nuevo sistema de control de la covid-19, además, tendrá que ser "capaz de detectar aumentos de la incidencia en la población general" y permitirá "la detección precoz de nuevas variantes y la medición de la efectividad vacunal".
Pero falta el "cuándo" comenzará la fase de transición, que implicará necesariamente la revisión del aislamiento de los casos leves y asintomáticos o la realización de pruebas con carácter general.
Y ese "cuándo" lo deberán determinar los técnicos de la ponencia de alertas en una propuesta que está prácticamente y que examinará la Comisión de Salud Pública la próxima semana.
De momento, Sanidad solo ofrecerá los datos epidemiológicos dos días (martes y viernes) y los de vacunación los viernes; las cifras siguen mostrando una tendencia a la baja salvo en la incidencia a 7 días, que se ha incrementado en la última semana hasta superar los 211 casos por cada 100.000 habitantes.
Un repunte al que, sin embargo, "hay que darle el valor adecuado". "Ahora es posible que podamos tener este ligero incremento", pero hay que fijarse, ha dicho Darias, "en los datos de impacto" esto es, los ingresos hospitalarios y en uci.
Con respecto a la retirada de la mascarilla obligatoria en interiores, Darias ha asegurado entender el interés "en el cuándo, y es verdad que el cuándo está cada vez más cerca; pero para nosotros es tan importante el cuándo como el cómo -ha dicho-", y ese acuerdo está aún por cerrar.
Lo importante de estos dos días, ha añadido, es que por fin se ha llegado a un "punto de inflexión hacia un nuevo modelo de vigilancia de salud pública" que lleva gestándose desde hace meses.
El compromiso alcanzado este jueves por las comunidades pasa además por fortalecer la vigilancia en salud pública y el desarrollo coordinado en todo el Sistema Nacional de Salud de estructuras de salud pública dotadas de recursos humanos, tecnológicos y presupuestarios necesarios para el "desempeño eficaz de sus funciones", para lo que se incluirá la creación de equipos multidisciplinares de profesionales de salud pública con una cobertura 24/7/365.
DATOS DE LA PANDEMIA EN ANDALUCÍA
La tasa de incidencia de la covid-19 en Andalucía ha subido casi cuatro puntos y se sitúa en 269,58 casos por cada cien mil habitantes en los últimos catorce días, aunque han bajado los contagios, con 2.736, mientras que 24 personas han muerto por la enfermedad.
La provincia con una mayor incidencia sigue siendo la de Córdoba, con 348,9, y Sevilla la que tiene una menor incidencia, con 172,1, según datos del Instituto de Estadística y Cartografía de Andalucía (IECA).
La provincia de Almería tiene una tasa de 303; Cádiz 283,4; Granada 189,8; Huelva 329,5; Jaén 272,6; y Málaga 344,9.
La mayor parte de los casos diagnosticados el último día lo han sido en Málaga con 929; seguida de Cádiz 495; Sevilla 426; Huelva, 216, Córdoba, 177, Almería 168; Jaén, 166, Granada 159; mientras que los fallecimientos han sido ocho en Jaén y Sevilla; cuatro en Málaga y uno en Almería, Cádiz, Granada y Huelva.
En los hospitales andaluces hay ingresados con coronavirus 617 pacientes -25 menos-, de los que 83 se encuentran en las UCI -tres menos-, con lo que se recupera la tendencia a la baja interrumpida durante los dos primeros días de la semana.
Por provincias, estas hospitalizaciones se distribuyen en Almería 34 hospitalizaciones, de las que 7 han sido en UCI, Cádiz (85 y 7), Córdoba (61 y 15), Granada (77 y 8), Huelva (20 y 1), Jaén (62 y 8), Málaga (157 y 17), y Sevilla (121 y 20).
Desde el inicio de la pandemia el número total de casos en Andalucía se eleva a 1.366.947, y el de fallecidos por la enfermedad a 13.094, y el de curados 1.319.624, de los que 5.322 corresponden al último día.
En Andalucía, donde se han puesto 18.126.101 dosis de vacunas contra la covid-19, ya tienen tres dosis de vacunas 4.130.157 personas, mientras que al menos con una dosis hay 7.571.609 personas.