El estadio Ramón Sánchez Pizjuán cumple 60 años
En el barrio de la Trinidad estuvo el primer campo del Sevilla y en Nervión, el penúltimo. Construir justo al lado de estos terrenos un moderno estadio fue el sueño de Ramón Sánchez-Pizjuán, aunque no llegara a verlo cumplido. Murió dos años antes.
El siete de septiembre de 1958, el Padre Teruelo, capellán del club, dio su bendición, y Ramón de Carranza hizo el saque de honor. El exsevillista Arregui marcó con la camiseta del Real Jaén el primer gol del partido inaugural. Empate a tres.
El primer gol en un partido de liga lo marcó Luis del Sol en el reencuentro de los eternos rivales después de quince años; el Betis ganó dos a cuatro.
Y con el paso de los años, el estadio Sánchez-Pizjuán se convirtió en un símbolo del sevillismo porque la afición sevillista soportó el esfuerzo de pagar la terminación de las obras, con el cierre de las gradas altas de los goles en 1975.
Aquí se jugó el Mundial del 82 y la final de la Copa de Europa que ganó el Steaua al Barcelona en 1986; aquí creció la leyenda del jugador número doce de la selección...y se marcaron goles que hicieron historia.
La casa del sevillismo cumple hoy sesenta años de vida.
