Valiéndose de herramientas como Twitter, Facebook o Instagram; estos nuevos comunicadores pueden ganarse la vida de una forma cómoda.
Entraron en las redes sociales por hobby y llegan a cobrar 900 euros por un tuit, o se les paga por subir a internet fotos sobre su estilo de vida: son los "influencers". Algunos de ellos andaluces con proyección internacional.
Es el caso de Julio Muñoz Rancio, experiodista de Canal sur. Hoy es un influencer con 170mil seguidores. De su añoranza por Sevilla, nació un personaje, "Rancio"
Nos cuenta Julio que "echaba de menos a José Manuel Soto con su 'Por ella', los montaditos, y tomarme una cerveza con los amiguitos". El cree que "el concepto de periodismo lo tenemos que ampliar a comunicación, a comunicar de muchas maneras".
Julio ha pasado de periodista a comunicador en las redes. "El tope fue 900 euros por un tuit, y yo pensaba que por un tuit, que cuando yo empazaba no pasaba de 140 cartacteres, me sale cada letra por un dinero", nos dice .
De twitter, pasó a Facebook, y de ahí a Instagram. Hay que diversificar el vehículo del mensaje.
Por otro lado, Natalia Abascal. Con su pelo ha atraído seguidores de todo el mundo. Destaca el impacto que tiene en Chile. Comenzó como un hobby y hoy es su futuro laboral. Nos detalla, "siempre intento mantener una relación amigable con mis seguidores y contestarles siempre a todo, para mí son como parte de mi famlia". "Es una manera de mostrar mi trabajo, porque es un trabajo creativo."
Las marcas se fijaron en ella y hoy es "influencer".
Fernando Montoya es publicista, comenzó con un blog de moda masculina. Hoy es "influencer" viviendo su propia vida. "El público sabe cuando se está forzando una situación, o cuando los está pasando bien", nos manifiesta. El secreto de su éxito es ser autentico. Frívolo, por una parte. "La fama com consecuencia no como objetivo".
Estos tres "influencers" andaluces pueden convertirse en muchos más. En las redes hay sitio para todos. Es cuestión de imaginación, tener una buena idea e iniciativa, y echarse para adelante.
El futuro está en la red, qué duda cabe ...