El tatuaje: un fenómeno social

Los tatuajes están de moda. Hacerse uno no es una decisión que se pueda tomar a la ligera. Están diseñados, en principio, para durar toda la vida. Los hay de dibujos, con mensajes, con la cara de algún ser querido y el clásico "Amor de Madre". Como todo en la vida, evoluciona, en diseños y en técnicas. 

El hecho es que esta actividad está ya tan extendida que la Junta de Andalucía ha creado una nueva titulación de grado superior que cualquier persona que ejerza como tatuador en una clínica o establecimiento tendrá que tener.

Entretanto los tatuadores siguen con su labor. Uno de ellos nos cuenta detalles sobre su trabajo. Dice que entre hombres y mujeres hay diferencias a la hora de elegir la parte del cuerpo donde desean realizarse el tatuaje. Parece ser que los hombres tienden a tatuarse las diferentes partes del brazo, mientras que las mujeres se decantan por tatuajes pequeños, en la espalda, el costado, los pies, y ahora ha surgido la tenedencia de hacérselos en los lugares del cuerpo donde más dolor les cause.

Hay gente que es muy consciente sobre la repercusión a nivel familiar o social del hecho de llevar un tatuaje, así que eligen los lugares más discretos posibles, los menos visibles. 

El mundo del tatuaje más que una moda se ha convertido en una tendencia con repercusión en todas las clases sociales. Sin duda en poco tiempo se convertirá en un ornamento más en nuestra sociedad, al mismo nivel de los que ya se utilizan desde hace décadas.