La flota pesquera del Golfo de Cádiz esperará parada a conocer las ayudas que debe aprobar el Consejo de Ministros de este próximo martes.
1.500 embarcaciones y 9.000 pescadores están afectados.
Chiringuitos y restaurantes se quedan sin pescado e, incluso, algunos han llegado a cerrar.
Este lunes se cumple una semana del amarre de la flota pesquera andaluza. Mil quinientas embarcaciones y 9.000 pescadores que no han salido a faenar en protesta por el alto precio del combustible. En el Golfo de Cádiz, llevan tres días más sin salir por la huelga del transporte. El presidente de la Federación Andaluza de Pescadores, José María Gallart, espera que el Gobierno cumpla con su palabra este martes y apruebe un paquete de ayudas para el sector.
Armadores y pescadores confían en que el Gobierno central apruebe una serie de medidas porque el sector insiste en que salir a faenar no es rentable ante los precios del gasóleo. Una problema unido a la huelga del transporte de mercancías que impide comercializar los productos pesqueros.
El sector considera que no puede esperar más y necesita subvenciones de inmediata aplicación. Hay modalidades, como es el caso del arrastre, que dependen 100 por 100 del combustible. Algunas de las reivindicaciones pasan por ayudas directas al precio del gasoil de 0,35 euros el litro como han hecho Francia y Portugal, exenciones fiscales y bajada del IVA al 4 por ciento.
BARES SIN PESCADO Y CAMBIOS DE LAS CARTAS
La flota amarrada a puerto está teniendo sus consecuencias en las zonas costeras. Los restaurantes han tenido que administrar el poco pescado que les ha ido llegando. Lo hemos comprobado, por ejemplo, en la zona de Bajo de Guía, en Sanlúcar de Barrameda. Hay negocios que no han podido ofertar sus platos durante la semana y que se han guardo el producto para viernes, sábado y domingo.
Un fin de semana que está siendo duro para los chiringuitos de Málaga porque tienen muy poco pescado fresco, a causa del paro de pescadores y transportistas. Además el poco que hay es muy caro. Por ejemplo, los boquerones, han pasado de cinco euros el kilo a casi 20. Algunos están recurriendo al pescado congelado y otros cambian la carta a la espera de tener pescado fresco este miércoles como está previsto. Algunos se han visto obligados a cerrar.