Miles de aficionados béticos y valencianos toman Sevilla

Sevilla acoge esta noche la Final de la Copla del Rey que disputarán el Betis y el Valencia en el Estadio de La Cartuja. La Copa dejará en la ciudad 45 millones de euros, los hoteles están al 80 por ciento de su capacidad. Más de 20 mil béticos verán el partido en directo en el estadio y otros 40.000 se darán cita ante la pantalla gigante que el Club ha instalado en el Benito Villamarín. El partido estará presidido por el Rey Felipe VI y por el gobernante andaluz, Juanma Moreno.

Las aficiones están entregadas y miles de bufandas y camisetas verdiblancas y valencianistas han inundado las calles de Sevilla, donde no ha faltado tampoco una mascletá che bajo la Giralda. "Llevaré corbata verdiblanca", ha dicho el presidente Moreno. Sevilla es una Fiesta a la espera del partido de esta noche. Los aficionados - tanto del Betis como del Valencia- tienen ganas de divertirse. Los cuarenta mil béticos que ya tienen su entrada para juntarse en el estadio heliopolitano también podrán disfrutar de la final en una esperemos que fiesta del club verdiblanco.

Más de 20 mil efectivos forman parte del plan de seguridad cuya fase mas critica de activa a las tres de la tarde. Se vigilarán los transportes públicos y se controlarán los seguidores más ultras de cada equipo. El subdelegado del Gobierno en Sevilla, Carlos Toscano, pide la colaboración de todos los ciudadanos.

La afición del Valencia se congrega en la Fan Zone que se han instalado en el parque del Alamillo y la grada de afición del Betis se ha dado cita en la Alameda. Los transportes públicos están reforzados, los hoteles al 80 por ciento y los bares completos.

La programación de Canal Sur Radio comienza a las seis de la tarde, calentando motores ante el partido que se iniciará a las diez en el Estadio de la Cartuja.

El capitán del Betis, Joaquín Sánchez, señaló este viernes que está "ilusionado" por jugar la final de la Copa del Rey ante el Valencia y por lograr el título, aunque puntualizó que "la madurez y los años hacen que sea prudente". El extremo diestro gaditano, que ya ganó con el Betis la final de 2005 y también otra con el Valencia, señaló en su comparecencia de prensa en el estadio de La Cartuja, en la que estuvo junto a su técnico, el chileno Manuel Pellegrini, que "uno siempre sueña cosas bonitas, como estar en una final" y comentó que "la sensación es que el equipo tendrá sus opciones, pero el Valencia también, que es merecedor de estar en la final".

"Nosotros debemos seguir como todo el año. Hay que ser inteligentes porque el partido se puede definir en pequeños detalles", dijo el veterano futbolista, quien recordó que hace diecisiete años que no juega una final con el Betis pero que él y el equipo están "con las mismas ganas de entonces, para darle una alegría a los béticos".

Joaquín, que puntualizó que de este partido no depende su continuidad la próxima temporada en el Betis, destacó que las previas de la final "se vive todo de una forma especial, pero uno intenta ser lo mas profesional posible, aunque es complicado".

El capitán de los verdibancos coincidió con su entrenador en que el sábado deben "jugar con la idea que tiene el equipo, con la mente fría y el corazón caliente".

"Seguramente, por el momento de mi carrera deportiva, en la que ya jugar finales no es fácil, será un día importante que va a marcar muchas cosas", subrayó Joaquín, quien se sintió orgulloso con la posibilidad de que sea el primer futbolista bético en ganar dos finales con los verdiblancos, aunque insistió en que se medirán "a un gran equipo como el Valencia".

MASCLETÁ EN LA GIRALDA
Centenares de aficionados del Valencia se concentraron en la plaza Virgen de los Reyes, justo a los pies de la Giralda, para disfrutar con una "mascletà" improvisada a base de tracas y petardos que recordaba el ambiente típico de las Fallas de Valencia en la mañana de la final de la Copa del Rey ante el Betis en La Cartuja.

A medida que avanzaba la mañana, el número de seguidores, ataviados con las camisetas blancas de la primera indumentaria del Valencia, pero también con camisetas naranja o con los colores rojo y amarillo de la senyera, creció en este lugar céntrico de la capital andaluza a donde se aproximaban los aficionados que acababan de llegar en autobús, tren o coches particulares, muchos de ellos acompañados de la pólvora que es habitual en las celebraciones de los valencianos.