La falta de agua ha dado ya por perdidos cultivos como el de la remolacha.
La cuenca del Guadalquivir está a menos del 25 por ciento de su capacidad.
Con la cuenca del Guadalquivir a menos del 25 por ciento de su capacidad y sin lluvias considerables desde el pasado mes de diciembre, los agricultores han pasado a calificar su situación de preocupante a ruinosa.
Es el caso de Juan Campos, un agricultor de Lebrija (Sevilla) que ve cómo la falta de agua ha arruinado ya su plantación de remolacha.
En noviembre pasado plantó diez hectáreas de remolacha. Ha invertido unos 12.000 euros y calculaba 42.000 euros de ganancias. En buenas circunstancias, el kilo de remolacha se habría pagado a 60 euros. Pero lo ha perdido todo.
Hasta ahora en la zona mantenían la esperanza de que lloviera en primavera pero, a estas alturas, y sin apenas agua para riego, muchos ya saben que esta campana está perdida.
Del cielo ya no esperan nada y a la tierra tampoco le pueden pedir más. Por eso piden ayudas directas para evitar la ruina inminente, como explica Juan Muñoz, director de la Cooperativa Las Marismas.