La afición sevillista inicia su particular odisea en busca de la 'Séptima'

Los 3.000 kilómetros entre Sevilla y Budapest, donde el conjunto nervionense disputa la final de la Europa League frente a la Roma, se han convertido en toda una odisea más propia de siglos pasados. Y es que es el precio que tienen que pagar aquellos aficionados que no han encontrado cabida o no podían pagar los precios de los carísimos y escasos vuelos chárter que van a conectar ambas ciudades.

De ahí que centenares de sevillistas salieran ya este lunes para Budapest en vuelos regulares con diferentes escalas tan variopintas como Fuerteventura o aeropuertos de Dinamarca para llega a la capital húngara tras más de un día entero dando vueltas por Europa. Algo que se repetirá en el viaje de vuelta. Si falla una conexión, se quedan sin ver la final con su entrada sacada.

Ya este martes han empezado a salir los primeros 30 vuelos chárter que, estos sí, van directos a Budapest, si bien se calcula que a poco más de 24 horas, aún hay en torno a un millar de sevillistas con entrada reservada que no tienen cómo llegar a esa final.

Para llegar al aeropuerto de San Pablo se aconseja ir en transporte público porque los aparcamientos para coches pueden estar saturados.

Si se consigue la 'Séptima' seguro que todo habrá merecido la pena, pero el viaje está siendo como la temporada del Sevilla, difícil y procelosa.