El equipo sevillista tiene que poner los pies en la tierra, asumir la actual situación y empezar a ganar para salir de la zona próxima al descenso, salvando de paso el puesto de su entrenador.
Al Sevilla solo le separan tres puntos, un partido, de la zona de descenso. Una situación límite como la de la temporada pasada que ya le costara el puesto a Sampaoli, que como Diego Alonso, había reemplazado al entrenador que comenzara la campaña.
Es un hecho, ahora sí, de que no hay más oportunidades para el entrenador uruguayo que jugando en casa ni siquiera un nuevo empate puede que le salve después de no haber ganado un solo partido de liga y de Champions, de donde ha salido sin ni siquiera destino hacia la 'esperanza' Europa League. Solo ha cumplido en la Copa, eso sí, ante dos rivales de regional.
Y encima tiene la plantilla diezmada por las bajas, una decena, para recibir al Getafe de Bordalás, un rival rocoso, que afea los partidos y es capaz de sacar de quicio a un conjunto tan necesitado y una afición tan desesperada como la sevillista.
En la previa, Diego Alonso ha asegurado que siente "un gran respaldo en el día a día y en el campo", ya que sus futbolistas, aunque no conocen la victoria en Liga bajo su mando, "juegan como les dices" y van "a mejorar como equipo". Ha hecho extensible esa confianza a "la directiva" de la que verdaderamente más apoyo no se puede recibir con una de las peores rachas de un entrenador que se recuerda en el Sevilla de los títulos. Lleva siete jornadas consecutivas sin ganar en Liga.
"Me siento con mucha confianza en lo que hemos hecho en los partidos, en cómo hemos jugado. No en los resultados. Pero sí he visto jugar al equipo desde la última fecha FIFA. Veo a un equipo que ha mejorado, que ha merecido ganar. Tenemos que seguir insistiendo", ha añadido el técnico montevideano.
Para el encuentro contra los azulones, el Sevilla recupera a Januzaj, Marcao y Ocampos, ausentes en Francia por no estar inscritos en la competición europea y, en el caso del argentino, por sanción, y se suma Suso que ha entrenado bien estos días.
Bordalás, por su parte, que tiene a su equipo tranquilo en mitad de tabla tras los apuros de las últimas temporadas, considera este partido como "uno de los más difíciles" para su equipo y no se siente verdugo de Diego Alonso si hace su trabajo y gana en el Pizjuán: "Tengo un gran respeto a todos los técnicos. Diego Alonso está dando todo por el equipo, se deja la vida. Es un gran técnico y un gran profesional. A veces se dan este tipo de resultados y nos puede pasar a cualquiera. No pienso en esa posibilidad (de ser el verdugo de Diego Alonso). Pienso únicamente en el partido, en un estadio que huele a fútbol por lo cuatro costados con una gran afición. Nadie se puede relajar. Que nadie se engañe, no va a ser un partido fácil y cómodo. Nada más lejos de la realidad”, manifestó.