200 piezas e ilustraciones de Astérix, Superman o Roberto Alcázar recorren el género en el CaixaForum de Sevilla. Vivieron como héroes de papel barato en los kioskos de barrio. Pero ahora, en los museos, cuelgan etiquetados como arte.
Quién no ha leído alguna vez un tebeo. Ahora podemos ver una colección de ellos maravillosa. Las viñetas son las protagonistas de la nueva exposición que puede verse en Caixaforum Sevilla. Se titula "Cómic. Sueños e historia". Aquí están los héroes de nuestra infancia. Se nos escapa un nostálgico "Por Putatis" ante Astérix. No podemos reprimir un asombrado "¡Ostras Pedrín!" cuando nos tropezamos con Roberto Alcázar y por el tímpano de la memoria retumba la trompetería de Superman y los otros superhéroes con los que América se alivió el desánimo de la Gran Depresión del 29. Vivieron como héroes de papel barato en los kioskos de barrio. Pero ahora, en los museos, cuelgan etiquetados como arte.
El cómic nació en la prensa sin ninguna ambición artística. Empezó a hablar aquí, con su primer bocadillo. Se hizo adulto. Artístico. Nos educó. Creó sus mitos. Nos llevó a mundos alucinógenos y fue sexista y masculino. Y todo eso lo hizo, hasta que llegaron las tablets, a plumilla y en papel. Por eso se pueden colgar ahora como si fueran lienzos con su marco.