Está compuesta por el consumo energético, el de productos agrícolas, ganaderos y pesca, el de productos forestales y el territorio ocupado por ciudades o infraestructuras.
Todo lo que consumimos y producimos los humanos, ya sea energía o una simple ensalada, tiene una repercusión en el entorno. Para medirla se ha ideado la huella ecológica, un indicador del grado de sostenibilidad de las sociedades y las empresas.
La huella ecológica está compuesta por el consumo energético, el de productos agrícolas, ganaderos y pesca, el de productos forestales y el territorio ocupado por ciudades o infraestructuras. El planeta no es suficiente.
Manuel Calvo Salazar, doctor en Movilidad Sostenible asegura que "necesitaríamos 3 Españas, el territorio correspondiente a 3 Españas para que estos consumos fueran sostenibles. Pero solo tenemos una. ¿De dónde sacamos las otras dos Españas?".
Hay quienes tratan de dejar la menor huella posible. Es el caso de Irene Machuca, arquitecta técnica que afirma que "tenemos contratada la luz con una cooperativa eléctrica y eso ya nos garantiza que estamos pagando por energía 100 por 100 renovable". Además, en su vivienda han aislado las fachadas y han instalado ventanas nuevas para reducir el consumo. Además, son socios de una cooperativa de alimentación ecológica.
Intentan consumir menos plástico, pero también son conscientes de que empresas y gobiernos tienen mucho que hacer. Daniel Rodrigo, profesor de la Universidad Nebrija, precisa que "el principal responsable de la huella ecológica, de la huella de carbono q emitimos son principalmente las empresas energéticas".
Mientras tanto, las y los ciudadanos hacemos lo que podemos.