La obra de Óscar Domínguez llega al Museo Picasso de Málaga
La exposición recoge más de un centenar de obras el pintor tinerfeño, en un singular diálogo con Picasso, con quien fraguó una íntima amistad en los años 30 en París.
El Museo Picasso de Málaga ofrece la mayor retrospectiva en los últimos 30 años de Óscar Domínguez, uno los principales representantes del surrealismo. La exposición recoge más de un centenar de obras el pintor tinerfeño, en un singular diálogo con Picasso, con quien fraguó una íntima amistad en los años 30 en París.
La infancia de Óscar Domínguez transcurrió al norte de Tenerife. En 1927 se exilió a París, ciudad que se convirtió en su hogar definitivo. Allí conectó con artistas surrealistas como Bretón, Dalí o Picasso, a quien denomina el hombre más sensacional de la época, y quien ejerce una notable influencia en su obra. Lo explican Miguel López-Remiro, director artístico del Museo Picasso e Isidro Hernández, comisario de la exposición.
En la obra de Óscar Domínguez nunca dejó de latir el paisaje de su isla natal y su exuberante vegetación, que le ayudan a gestar enigmáticos procesos de metamorfosis característicos de toda su trayectoria.
Fue un visionario, constructor de objetos de funcionamiento simbólico; también inventor de la decalcomanía, técnica pictórica en la que se aplica pintura sobre una superficie y luego se presiona para generar formas impredecibles.
En palabras del comisario de la muestra, entendió arte y vida como un único impulso donde se dan la mano el azar, el deseo, el humor negro y lo irracional.
