En sus 35 años de historia, la institución nunca había recibido tantas consultas
Familias sin comida, sin luz y agua, sin dinero para pagar el alquiler y las facturas
También sanitarios sin protección suficiente, migrantes en malas condiciones, mayores mal atendidos, dependientes sin ayuda a domicilio y menores sin recursos telemáticos para seguir estudiando
Jesús Maeztu: "Todos estamos bajo la misma lluvia pero no todos tienen el mismo paraguas protector"
La situación de desesperación que ha provocado el confinamiento por la covid-19 ha hecho que miles de andaluces, en especial los más vulnerables, se dirijan al Defensor del Pueblo.
En sus 35 años de historia, nunca había recibido tantas consultas y quejas; como esta: "No tengo nada para que coma mi hija de 18 meses. Hace dos semanas que me dieron un vale para productos básicos pero no me queda nada. Llamo a Servicios Sociales, Cáritas, Cruz Roja, Ayuntamiento pero nada".
Esta queja refleja gran parte de los problemas planteados al Defensor, durante los dos meses de confinamiento total, por miles de ciudadanos. Familias sin comida, sin luz y agua, sin dinero para pagar el alquiler y las facturas. Y administración y organizaciones, desbordadas.
Pero al defensor le han llegado otros muchos problemas, y procedentes de muchos sectores. Sanitarios sin equipos de protección suficiente; migrantes del campo en malas condiciones; mayores de residencias mal atendidos; dependientes sin ayuda a domicilio.
Un capítulo especial es el de los menores. Falta de medios para seguir los estudios telemáticamente y problemas con la custodia y los regímenes de visita.
Jesús Maeztu, Defensor del Pueblo Andaluz emplaza a los poderes públicos y reclama que estas personas que están pasando doblemente la crisis, la social y la sanitaria, "salgamos juntos de ellas, todos los andaluces, y nadie se quede atrás".
Maeztu resume la vulnerabilidad en una frase: "Todos estamos bajo la misma lluvia pero no todos tienen el mismo paraguas protector".