Los expertos calculan que hay unos dos millones de ejemplares.
Barcelona, donde ya hay 13 casos de peste porcina africana confirmados, registra la mayor concentración.
La superpoblación provoca daños a la agricultura y problemas en zonas urbanas, a las que se acerca cada vez con más frecuencia.
La Junta de Andalucía declaró la emergencia cinegética, que permite el uso de armas y su caza en vivo, para controlar el crecimiento de la población de este animal silvestre.
En Barcelona son ya 13 los casos confirmados de peste porcina africana en jabalíes muertos. Y es, precisamente, en esa provincia catalana donde se concentra la población más alta de este mamífero de toda España.
En todo el país, la población de jabalíes se ha multiplicado por cuatro en los últimos 20 años y se calcula que hay unos dos millones de ejemplares.
Tras Barcelona, la provincia de Girona registra la mayor población de este animal silvestre. Destaca también su concentración en Huesca y Valencia. En el resto de España, la población es mucho menor.
Los cálculos de población del animal se realizan tomando como base las capturas. En el caso de Andalucía, la caza del jabalí ha crecido de unos 50.000 ejemplares capturados en 2012 a más de 70.000 una década después.
Y se trata, además, de un animal silvestre que cada vez se acerca más a las poblaciones. En las costas de Málaga, por ejemplo, se han repetido los casos de piaras que se adentran en playas y urbanizaciones en busca de comida en los contenedores sin huir de la presencia de humanos.
¿Qué ha ocurrido? Los expertos hablan de tres causas principales: hay menos lobos, que es su depredador natural, le ha perdido el miedo al ser humano y encuentran comida con facilidad, sobre todo en el litoral mediterráneo, un lugar perfecto para la especie, gracias a regiones boscosas y cultivos, por lo que tiene refugio y comida todo el año. A ello, se suman los restos que localizan en la basura cerca de las ciudades.
En Andalucía, el pasado mes de junio, la Junta declaró la emergencia cinegética del jabalí para reducir los daños que provoca su superpoblación. Esa declaración permite, entre otras cosas, las capturas en vivo y el uso de armas. Además, las autoridades piden que no se les alimente ni se deje basura e la calle.