Esta abuela de 74 años no sabe leer ni escribir, pero sí reconocer los números. Su agenda, que relaciona los números de su móvil con pictogramas se ha convertido en un fenómeno viral.
Hay personas para las que desenvolverse en un mundo tecnológico es complicado. Es el caso de Encarna, una septuagenaria jienense que no sabe leer ni escribir, pero sí reconocer los números. Su agenda se ha convertido en un fenómeno viral. En ella su nieto ha sustituido las palabras por pictogramas que ella relaciona con sus contactos del móvil.
De esta manera ella encuentra en su particular agenda a las personas con las que se quiere comunicar. Es su modo de dejar a un lado las palabras que no domina para convertir su mundo en símbolos y dibujos que relaciona con personas. A ello le lleva ayundando desde hace una década su nieto Pedro a quien no le permite cambiar ni una coma.
Encarna ha reconocido que todo comenzó cuando su nieto le recomendó comprarse un teléfono. Ella que no sabe leer, pero sí conoce los números, le comentó que ya que él era estudiante que le pusiese tres libritos al lado de su número, para así poder distinguir cuál era su número. Así fueron avanzando por los diferentes contactos de la agenda haciendo dibujos que pudiese relacionar con la persona, por ejemplo, la modista, el dibujo de una máquina de coser; el técnico, un televisor y así muchos más.
Pedro ha colgado este fin de semana la agenda en las redes sociales y en unas horas se ha convertido en viral. En su tuit dice: "La agenda de teléfonos de mi abuela. Una tarea que llevo haciendo 20 años y no la puede hacer nadie más. Porque ella no sabe leer pero entiende perfectamente mis dibujos. Nos lo pasamos en grande actualizando la agenda".
Este mensaje se ha viralizado después de que Pedro lo compartiese a través de Twitter, ya lleva 100.000 "me gusta".
Hoy enviaba este mensaje en un vídeo desde su móvil: "Creo que mucha gente cree en lo que tús eres, una mujer luchadora que ha tenido muchos problemas por el hecho de ser mujer, y por el hecho de haber nacido en una época tan dura como la postguerra."
Palabras que Encarna recibía junto a su hija emocionada en un mundo donde la tecnología se impone, aunque Encarna siga llamando a los aviones "esos trenes con alas" porque para ella el mundo es algo más que palabras.