El miedo al contagio y la menor demanda de mano de obra en origen ha reducido el número de temporeros un cuarenta por ciento.
Unos catorce mil temporeros españoles acudirán este verano a la vendimia francesa, condicionada por la pandemia del Covid 19. Dos de cada tres son andaluces, la mayoría de Jaén y Granada.
Con algunos de ellos hoy hemos vivido, en el pueblo granadino de Deifontes, los instantes previos a su partida, rodeada de incertidumbre. Antes de cruzar la frontera deberán someterse a un test PCR. Si dan positivo, tendrán que volver a sus casas.
Como cada mes de agosto, el trasiego de maletas y bultos es algo habitual en la localidad granadina de Deifontes. La campaña de la vendimia francesa es una oportunidad laboral para muchos de sus dos mil seiscientos habitantes.
Un trabajo condicionado este año por la crisis sanitaria del Covid 19. El miedo al contagio y la menor demanda de mano de obra en origen ha reducido el número de temporeros un cuarenta por ciento.
Con la incertidumbre del resultado de las pruebas emprenden un viaje por carretera de unas dieciocho horas hasta llegar a su destino en Limoux, en la Occitania francesa.
Si como esperan, el resultado de las pruebas PCR es negativo, por delante tendrán unas cuatro semanas de trabajo por las que obtendrán un salario de entre mil doscientos y mil cuatrocientos euros.