Se trata de una enfermedad desaparecida hace más de 50 años que afecta exclusivamente a las especies ovina y caprina, sin que en ningún caso pueda transmitirse al ser humano, ni por contacto directo con los animales ni a través de sus productos.
El Laboratorio Central de Veterinaria del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, que es el de referencia a nivel nacional para la viruela ovina y caprina en España, ha confirmado el foco de esta enfermedad, declarado por la Consejería de Agricultura, Pesca, Agua y Desarrollo Rural en una explotación ubicada en la localidad de Benamaurel (Granada), cuyo censo asciende a 314 ovejas y 11 cabras.
La sospecha se originó por la aparición de signos clínicos y lesiones compatibles con la enfermedad el pasado día 14, momento en el que los servicios veterinarios oficiales de la Junta procedieron, siguiendo el protocolo establecido, a la toma de muestras y a su pertinente envío al Laboratorio Central de Algete.
De forma inmediata, se han adoptado las medidas de prevención y el control de determinadas enfermedades, que incluye el sacrificio de los animales, eliminación de los cadáveres en planta de trasformación, limpieza y desinfección oficial de la explotación. Además, se ha establecido una zona de protección de 3 kilómetros y una de vigilancia de 10 kilómetros, con refuerzo de medidas de bioseguridad y vigilancia en las explotaciones, así como la aplicación de medidas de restricción de movimiento de animales y productos. Por otra parte, se está llevando a cabo la investigación epidemiológica para tratar de identificar el origen del virus, aún bajo estudio, así como los posibles contactos de riesgo que se hayan podido dar, entre otras.
Esta enfermedad de origen vírico se encontraba erradicada en España desde el año 1968, si bien se habían detectado casos esporádicos dentro de la UE, los últimos en Grecia y Bulgaria en el año 2014. Asimismo, permanece de forma endémica en África (incluidos los países del norte del continente, como Marruecos, Argelia y Túnez), así como en Oriente Medio y Asia.
Se trata de una enfermedad no zoonótica, que afecta exclusivamente a las especies ovina y caprina, sin que en ningún caso pueda transmitirse al ser humano, ni por contacto directo con los animales ni a través de productos de estos.
La consejera de Agricultura, Agua y Desarrollo rural, Carmen Crespo, ha confirmado que el brote está aislado y que "se está aplicando el protocolo".