Patrimonio mundial de la unesco
Patrimonio mundial de la unesco

Los retos de Medina Azahara

Medina Azahara abre este lunes en horario extraordinario sus puertas para celebrar la designación de Patrimonio Mundial de la Humanidad. Este domingo lo decidía con absoluto consenso la comisión de patrimonio de la Unesco, reunida en el Golfo Pérsico, en Baréin.

2 julio 2018

Hay mucho que festejar aunque también responsabilidad y trabajo. Lo sabe bien la comitiva andaluza que ha volado a Baréin y que volverá este martes. 

En el día después de la declaración de Medina Azahara como Patrimonio Mundial por la Unesco se pone en marcha la hoja de ruta que concretará actuaciones en el yacimiento. La Consejería de Cultura anuncia inversiones para potenciar las tareas de protección, conservación, investigación y difusión de la calidad califal.

Para este ejercicio el conjunto arqueológico ha contado con dos millones de euros, pero el reconocimiento mundial exige mayor compromiso inversor. Es una de las recomendaciones realizadas por la Unesco. Más dinero y un plan de actuación no tanto para sacar a la luz lo que aún no se ve, el 90 por ciento sigue bajo subsuelo, sino para proteger, conservar y poner en valor lo que ya se disfruta.

La Junta ya tiene sobre la mesa el borrador del plan estratégico para Medina Azahara que reclama la Unesco. También pide frenar el impacto visual que ejercen las parcelas ilegales que rodean el yacimiento. La solución está en colocar pantallas vegetales que disminuyan la presión urbanística. Pendiente también la recuperación de atauriques, piezas de decoración vegetal características del arte califal cordobés y la conservación de pavimentos. Trabajos que podrían comenzar en breve, como la restautación del Salón Rico, uno de los espacios más deslumbrantes, considerado el símbolo de Medina Azahara, y cerrado al público desde 2009. La colaboración público-privada hará posible su restauración.

Medina Azahara registró el año pasado 180.000 visitas, números muy lejanos al millón de la Mezquita Catedral o a las 600.000 registradas en la Sinagoga.

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