Los embalses andaluces resisten mientras Córdoba prueba el futuro de la agricultura
Giribaile al 27% y El Tranco al 32%, pero las reservas globales mejoran respecto a 2023.
La cuenca onubense roza el 80% y la del Guadalquivir alcanza el 77%.
En Almería, la reserva de agua apenas llega al 10%.
El laboratorio de la sequía y cambio climático de Córdoba es pionero a nivel mundial.
Se experimenta con olivo, vid, almendro y pistachero bajo condiciones climáticas extremas simuladas.
Este es el embalse del Giribaile, en Jaén, uno de los más grandes de Andalucía. Hoy solo está al 27 por ciento de su capacidad, mientras que el Tranco se sitúa en el 32 por ciento, diez puntos menos que hace un año. Cifras que generan preocupación entre los regantes y evidencian la persistencia de la sequía. Sin embargo, a estas alturas del verano, la situación de los pantanos andaluces en general es mejor que la del año pasado.
En el otro extremo, los embalses de la cuenca onubense se aproximan al 80 por ciento de llenado, y los de la Cuenca del Guadalquivir alcanzan el 77 por ciento. Por contra, la provincia de Almería sufre una situación crítica, con reservas hídricas que apenas llegan al 10 por ciento.
En medio de este escenario de incertidumbre, visitamos el "laboratorio de sequía y cambio climático" en Córdoba, un centro pionero a nivel mundial puesto en marcha por la Consejería de Agricultura y el Ifapa. Aquí se simulan, en un invernadero dotado con sensores y cámaras de última generación, las condiciones climáticas más extremas a las que podrían enfrentarse cultivos como olivo, vid, almendro y pistachero.
Las plantas, dispuestas sobre básculas que registran su peso cada 10 minutos, son sometidas a estrés hídrico controlado. Se puede simular un día nublado, una ola de calor o un ambiente seco para estudiar cómo consumen agua y cómo responden al déficit hídrico. El objetivo: anticiparse a los efectos del cambio climático y desarrollar soluciones para que los cultivos andaluces sigan siendo sostenibles y productivos en el futuro.
Este simulador avanzado permite conocer ya, en el presente, el impacto real de un hipotético futuro con menos agua, proporcionando información clave para el sector agrícola y para la gestión de los recursos hídricos en Andalucía.
