La muerte de Martín Cañuelo deja en el aire el futuro de los cuatro cines que aún perduran.
Marcaron a generaciones de espectadores en un ambiente especial en el que no solo se iba a ver películas.
El fallecimiento del promotor de los cines de verano en Córdoba, Martín Cañuelo, deja un futuro incierto para estas peculiares salas.
En la capital perduran cuatro cines de verano. Son joyas de la tradición y una experiencia distinta para disfrutar de una película bajo un cielo de estrellas.
Están en lugares emblemáticos del casco histórico y han marcado la convivencia de varias generaciones. Extensión de los patios cordobeses, ahora hay dudas sobre su continuidad y sobre su apertura este verano.
El fallecimiento, el pasado mes de abril, del empresario que los estaba sacando adelante desde los años ochenta deja un panorama incierto para estas salas al aire libre que han marcado a generaciones de espectadores.
Para su público, los cines de verano no son un simple negocio más, son un patrimonio social de cohesión vecinal.
Aunque hay empresas interesadas para poder volver a iluminar las pantallas, resulta difícil encontrar un amante de los cines de verano como Martín Cañuelo. El promotor ha sido recordado estos días en un encuentro europeo sobre patrimonio, celebrado en Lituania. Se está a la espera de conocer en las próximas semanas sus últimas voluntades.