Cómo saber cuándo se producen seísmos y cómo prevenir sus efectos
En el Instituto Andaluz de Geofísica y Prevención de Desastres Sísmicos de Granada monitorizan la actividad sísmica de una zona que recibe la fricción de las placas Euroasiática y Africana.
La Tierra tiembla a diario, aunque en la mayoría de los casos no lleguemos a sentir los seísmos, porque son de magnitud e intensidad bajas.
En el Instituto Andaluz de Geofísica y Prevención de Desastres Sísmicos, un centro de investigación con sede en Granada, conocen bien cómo y cuándo se registran estos terremotos, qué prevenciones hay que adoptar, y cuáles han sido los terremotos más devastadores en Andalucía.
Lo primero que hay que saber es que no se puede predecir cuándo va a haber un gran seísmo. Aunque hay eventos sísmicos todos los días, solo se considera terremoto cuando la magnitud es superior a 3. Magnitud e intensidad son el nombre y el apellido del movimiento de la tierra bajo nuestros pies, como explica Mercedes Feriche, responsable de Prevención del Instituto Andaluz de Geofísica.
Los grandes terremotos han cambiado la historia. Andalucía, y especialmente Almería y Granada, reciben la fricción de las placas Euroasiática y Africana. Eso produce terremotos, a mayor o menor profundidad. A veces se habla de enjambres sísmicos, como el de 2021 en Santa Fe y Atarfe, en la provincia de Granada.
Fue una situación que produjo alarma, aunque estuvo lejos de terremotos como el de 1884, que destruyó la localidad de Arenas del Rey y dañó gravemente varias poblaciones. Fallecieron 1.500 personas y cerca de 5.000 de casas fueron arrasadas.
De ocho fue la intensidad del terremoto de 1956, que afectó principalmente a los municipios de Albolote, Atarfe y Santa Fe. Dejó 11 fallecidos, y seis de cada diez casas resultaron dañadas o destruidas.
El terremoto reciente más devastador en España fue el de Lorca (Murcia) el 11 de mayo de 2011. Con una intensidad de 7, fallecieron 9 personas y el 80 % de las casas quedaron destruidas.
En Andalucía, desde 2002 existe una nueva norma de construcción sismorresistente. Nuestras casas deben estar preparadas para los envites de la tierra.
