El Ayuntamiento subraya que su nombre "quedará unido para siempre a la historia y el alma de Jerez".
Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes en 2002, era conocido por los amantes del toreo como el mejor capote de todos los tiempos.
El Ayuntamiento de Jerez de la Frontera (Cádiz) ha declarado dos días de luto oficial por la muerte del torero jerezano Rafael Soto Moreno, Rafael de Paula, fallecido este domingo a los 85 años.
Según ha anunciado el Consistorio a través de un decreto de Alcaldía, el luto oficial estará vigente desde las 00.00 horas del 3 de noviembre hasta las 00.00 horas del día 5, durante los cuales las banderas de los edificios municipales ondearán a media asta y lucirán crespones negros en señal de duelo.
En la resolución, el Ayuntamiento expresa su "profundo pesar por tan irreparable pérdida" y destaca a Rafael de Paula como "insigne torero jerezano, figura destacada del arte del toreo y símbolo de la cultura y la identidad de nuestra ciudad".
El texto subraya que su nombre "quedará unido para siempre a la historia y el alma de Jerez" y reconoce al diestro por haber "elevado la tauromaquia a la categoría de arte".
Rafael Soto Moreno, jerezano de origen gitano, torero conocido como Rafael de Paula, falleció este domingo en Jerez. Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes en 2002, entre otros galardones, era conocido por los amantes del toreo como el mejor capote de todos los tiempos y fue aclamado por su virtuosismo con las verónicas.
Pasó 40 años en los ruedos. Debutó en 1960 en Ronda, en una corrida goyesca; en 1974 se confirmó en Las Ventas, donde cinco años después sufrió una grave cornada. Se cortó la coleta en la plaza de toros de Jerez de la Frontera, en el año 2000.
Su pasión por el toreo le vino por la admiración a Juan Belmonte. "Mi Dios profesional", le llamaba De Paula porque, según él, templaba a los toros y le enseñó que “se torea como se es”. Decía que los toreros tienen una personalidad distinta al resto de mortales.
Grandioso con el capote, virtuoso con las verónicas, desigual en la muleta y precavido con el estoque, dicen los expertos que componía muy bien la figura y sabía expresar la gracia del duende gitano cuando le soplaban las musas.
Consiguió la admiración del público y un extenso palmarés, en el que destaca la Medalla de Oro de las Bellas Artes en 2002, dos años después de su retirada.