Cuando servir café se convierte en la oportunidad de recuperar la vida tras la esclavitud

Una treintena de mujeres, víctimas de redes de trata de seres humanos, empiezan su formación y prácticas remuneradas en un bar de La Línea. 

El proyecto se llama “Café con sal”. Está financiado por la Fundación Iberdrola con 40.000 euros y lo desarrolla la Asociación Hogar Betania. 

Gracias a este proyecto, las mujeres participantes tienen la oportunidad de encontrar una salida laboral tras una etapa de su vida en la que han sufrido experiencias traumáticas difíciles de superar. 

Por eso este trabajo es para ellas mucho más que preparar cafés y servir en las mesas. En cada gesto regresan a la realidad tras el horror de otra vida que intentan superar con tres meses de formación y los mismos de trabajo remunerado. Algunas de ellas dice que celebran dos cumpleaños, el de su nacimiento y el de la salida de un secuestro y explotación plagado de violencias. 

Cada pedido, cada sonrisa y charla con el cliente, es un paso adelante hacia la luz, un “chute” de autoestima que derribe su situación de vulnerabilidad.

Tanto Teresa Rodríguez, del Área Social de la Fundación Iberdrola, como Begoña Arana, de la Asociación Nuevo Hogar Betania, explican la importancia que supone para estas mujeres este proyecto de inserción. 

En este reportaje se evita mostrar los rostros de las mujeres participantes para preservar su privacidad. Al menos este proyecto del “Café con sal” trata de diluir los procesos vitales estresantes por los que han pasado, ayudarlas en su renacer a la autonomía y a la estabilidad. Un proyecto lleno de esperanza.