Los migrantes desalojados en Níjar pasan su primera noche en casas de conocidos y en alojamientos facilitados por ONG
El asentamiento de chabolas en el que vivían cerca de sesenta personas, entre ellas nueve niños, ha sido derribado por orden judicial.
Las ONG denuncian las dificultades de los migrantes para alquilar una vivienda, empadronarse o abrir una cuenta bancaria.
Casas de conocidos y alojamientos proporcionados por ONG han acogido, al menos durante la primera noche, a los casi sesenta migrantes, entre ellos seis familias con nueve niños, que fueron desalojados este martes del poblado chabolista del Corrijo El Uno en Nijar, Almería.
De sus barracas solo quedan los escombros. El desalojo y posterior derribo fue ordenado por un juzgado tras la demanda del propietario de los terrenos.
El desalojo del poblado chabolista pone de relieve la situación de marginación en la que viven muchos migrantes. Inscribirse en el padrón, abrir una cuenta corriente o alquilar una vivienda se convierte en una misión imposible, según denuncia la Fundación Convive CEPAIM, el Consorcio de Entidades para la Acción Integral con Migrantes.
La situación de precariedad en la que viven numerosos migrantes se pone de relieve de modo especial en el acceso a la vivienda, como explica Elvira Membrive, de la Fundación CEPAIM.
Desde 2022, CEPAIM ha recibido 132 denuncias por casos de discriminación racial o étnica que ponen de relieve las graves dificultades con las que se enfrentan estas personas a la hora de hacer trámites tan necesarios como empadronarse.
Especial atención merecen, para CEPAIM, las personas que viven en asentamientos chabolistas, expuestas a todo tipo de violencias.
