Muy duro y contundente con Pedro Sánchez ha sido el que fuera vicepresidente del Gobierno, Alfonso Guerra. Dice que Sánchez no debe continuar al frente del Gobierno porque tiene que asumir su responsabilidad política por el caso de Santos Cerdán, su exnúmero tres, que es a quien la Guardia civil sitúa en la cúspide de la trama corrupta. Responsabiliza a Sánhez de "haber entregado el partido a unos bandidos y unos macarras, verdaderamente una banda que parecen Los Soprano".