LOS REPORTEROS
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El infierno de La Isla Bonita

El volcán de la palma lleva una semana vomitando lava. Y lo que queda.

En Los Reporteros analizamos la situación y la dificultad de algo similar ocurra en Andalucía.

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CANAL SUR MEDIA 26 septiembre 2021

Casi una semana después de la erupción volcánica de Cumbre Vieja en la isla de La Palma ésta sigue vomitando destructivo magma a 1200 grados, por 9 bocas y tres lenguas de lava que han engullido campos de cultivo, animales y ya casi medio millar de construcciones en su discurrir hasta el mar, obligando a evacuar a más de 6.000 personas de seis núcleos urbanos.

Aún así, la que es considerada una de las mayores fuerzas devastadoras de la naturaleza, gracias a sus alertas de enjambres sísmicos, con más de 7.000 microterremotos desde el 11 de septiembre, ha evitado lamentar víctimas. Si bien se estima que cada día arroja a la atmósfera, sin sometimiento a ningún pago por contaminación, a razón de 10.000 toneladas de venenoso dióxido de azufre, por un presunto almacenaje de lava que en su conjunto podría alcanzar los 20 millones de metros cúbicos, equiparable a la mayor presa de Canarias.

En Los Reporteros nos preguntamos si podría algo así ocurrir en Andalucía donde hay constancia de provincias como la almeriense que acumulan un importante número de asentamientos volcánicos, hoy en teoría inactivos. Según la mayoría de expertos, definitivamente no.

Las Islas Canarias son la única región española con vulcanismo activo histórico: hay registradas y documentadas 16 erupciones desde el siglo XV y con un sólo caso de muerte por inhalación de gas, en la erupción del Teneguía, en 1971 y precisamente en la isla de La Palma. La denominada isla bonita es, junto al Hierro, uno de los afloramientos más jóvenes del archipiélago. Con una edad estimada de 2 millones de años es la que cuenta con mayor número de erupciones en los últimos 500 años: ya en el siglo XX, en 1940 el volcán de San Juan, bautizado como Duraznero, y en 1971 el ya mencionado Teneguía.

Al margen de si es políticamente correcto o no alabar una catástrofe como esta por su potencial turístico, motivo real de esta última aclaración/rectificación de la ministra Maroto, lo que parece meridianamente claro es que las ayudas habrán de ser cuantiosas, dada la irreparable pérdida de patrimonio por decenas de años en gran número de casos. De momento, dado el desconocimiento de hasta cuando puedan durar y llegar los efectos de la erupción, el comisario Sinkevius ya ha asegurado que a la hora de las ayudas la UE está a la espera de lo que digan los científicos; sólo entonces podrán sacarse conclusiones de este espectacular pero dañino infierno natural del siglo XXI.

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