Un "Solete" de la Guía Repsol para los dulces de las Comendadoras de Santiago de Granada
En "Despierta Andalucía" la madre Auxiliadora agradece el reconocimiento pero confiesa que les está trayendo "preocupaciones".
Un poco cansadas de tanta entrevista dice que en la congregación "la paz y tranquilidad valen más que otra cosa".
La Guía Repsol 2025 ha distinguido con un "Solete" al Convento de las Comendadoras de Santiago de Granada por la dedicación, calidad y dimensión cultural de su cocina y repostería, elaborada a partir de recetas transmitidas de generación en generación. En "Despierta Andalucía", la madre Auxiliadora, miembro de esta congregación religiosa, nos ha contado cómo han recibido este reconocimiento.
Situado en el histórico barrio del Realejo, en este convento granadino trabajan en el el obrador y también cuentan con un centro de retiro espiritual con más de 40 camas.
Ahora sus dulces, muy apreciados desde siempre, tiene un nuevo reconocimiento, el "Solete" concedido por la prestigiosa Guía Repsol. "Lo agradecemos y nos dio alegría pero nos está trayendo muchas preocupaciones, porque los medios de comunicación, esto y lo otro... nuestra paz y tranquilidad valen más que otra cosa". Así explica cómo llevan las hermanas de la congregación la fama que les ha traído el premio.
El obrador y el torno de este convento funcionan todo el año. "Vamos haciendo y vamos vendiendo", dice la madre Auxiliadora, que nos recomienda "el mazapán, también los mantecados, polvorones o roscos".
Del trabajo de estas monjas depende también el mantenimiento del convento. "Es muy grande y muy antiguo. Cuando no hace falta obra por un lado hace falta por otro".
Las distinciones otorgadas por la Guía Repsol en 2025 incluyen la mención especial “Solete Repsol 2025”, destinada a destacar aquellos espacios que mantienen vivas las tradiciones culinarias navideñas y salvaguardan un patrimonio gastronómico profundamente arraigado, como es el caso del Convento de las Comendadoras de Santiago.
Los dulces y productos artesanales de este convento -especialmente los propios de la Navidad- son apreciados por su autenticidad, su cuidada elaboración y su profundo vínculo con la historia local.
