Este proyecto comenzó en 2018 con la aportación de cientos de kilogramos de material escolar para las zonas más deprimidas de la ciudad peruana de Abancay con 89.000 habitantes, capital del departamento sureño de Apurímac. El material escolar enviado a esa población de la vertiente oriental de la cordillera de Los Andes es fruto de la generosidad de multitud de personas y entidades.
Junto al envío de material escolar, Pintando Sonrisas por el Mundo ha creado en Abancay un aula donde la pintura sirve de vehículo para atender a la población infantil. El 27,6 por ciento de los peruanos son pobres. Una de las necesidades más acuciantes de quienes están en peor situación económica es el agua potable. En 2018, Pintando Sonrisas financió la perforación de un pozo artesiano en Abancay. Este 2025, las aportaciones económicas que han hecho tanto particulares como entidades a la Escuela de Pintura El Gurugú han permitido que el agua de ese pozo, situado a 4.800 metros de altitud, llegue canalizada a la población.
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