El cangrejo azul, especie invasora, cada vez más presente tanto en el litoral como en los ríos. Una especie agresiva, que se ha convertido en un problema para los pescadores
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El hombre lleva mucho tiempo desafiando a la naturaleza, moviendo especies de acá para allá. Las introducimos en lugares donde no llegarían por sí mismas... Algunas sobreviven, encuentran condiciones favorables y se expanden reproduciéndose en masa. Exterminan a las especies locales, poniendo patas arriba los ecosistemas. Luego las etiquetamos especies invasoras. Estamos delante de una auténtica superviviente.
Es la jaiba azul americana: robusta, veloz, agresiva, voraz y omnívora, adaptable y muy fecunda... La jaiba o cangrejo azul es una especie exótica oriunda de la costa atlántica americana. Habita de Canadá hasta Argentina. En el Golfo de México constituye un importante recurso pesquero y se la reproduce también en acuicultura. Las larvas cruzaron el océano en los tanques de lastre de los buques de carga. Alcanzó el Mediterráneo a mediados del siglo XX y desde sus costas orientales se ha expandido hasta alcanzar los estuarios de la Península Ibérica.
Este decápodo exótico es considerado como una amenaza para el resto de las especies en los ecosistemas que ocupa. El cangrejo rojo, antes invasor, ahora es la presa. Aquí, en el Golfo de Cádiz, sin apenas depredadores naturales, en los últimos cinco años, la jaiba azul ha experimentado un tremendo desarrollo.
También produce diversos daños en las pesquerías locales, pues devora los peces capturados en las redes y causa desperfectos en los aparejos de pesca.
Y por fin, las buenas noticias. Este cangrejo, no solo se come sino que, está muy bueno. En América, la jaiba azul está considerada un manjar. De ahí su nombre científico: Callinectes sapidus; significa "nadador fuerte y sabroso", lo cual describe sus cualidades con precisión.
En EEUU y Japón, incluso se crían. Uno de los retos de su cultivo es sortear el canibalismo debido a la ferocidad de los ejemplares. Considerando la rapidísima expansión del cangrejo azul, la imposibilidad manifiesta de erradicarlo, y viendo sus posibilidades de aprovechamiento, el pasado noviembre la Junta de Andalucía concluía tratarlo como una especie comercial y fomentar su pesca. Si no puedes con tu enemigo, cómetelo.
La Consejería ha otorgado un decena de licencias para el marisqueo a pie mediante el empleo de nasas de máximo 4,5 m de longitud y con luz de malla de mínimo 60 mm en diagonal. Mariscadores y lonjas colaboran con los investigadores, tanto del IFAPA como del ICMAN, suministrando datos y las muestras necesarias para el control y seguimiento del estado de la población del cangrejo azul. Se investiga su impacto sobre el ecosistema y las especies nativas, incluídas las de interés pesquero como la almeja, la chirla o el langostino de sanlúcar.
Si una especie invasora se convierte en un activo económico se pueden producir efectos medioambientales indeseados. Sin embargo la regulación de su pesca ha surgido del diálogo entre la Consejería, institutos científicos, lonjas y cofradías como forma de convertir una amenaza en un recurso, mitigando sus impactos, además de proporcionar un beneficio a las tan castigadas pesquerías locales.