Un grupo reducido de 13 monteros participó en el evento bajo estrictas normas de gestión cinegética. La organización priorizó en todo momento la seguridad de los participantes y el cumplimiento de cupos específicos para ciervos, muflones y jabalíes. Más noticias destacadas en la web de "Lances" y el programa completo en la plataforma CanalSur Más. Descárgate la App de la plataforma CanalSur Más en: Play Store y Apple Store.
Un día desapacible de viento y lluvia nos recibe en la finca Las Nieves, en plena Sierra de Andújar. 13 cazadores se reúnen bajo una carpa a las nueve de la mañana para un sorteo que promete piezas de una calidad extraordinaria. No se trata de una montería multitudinaria; aquí la gestión del propietario busca trofeos grandes de ciervo y muflón con un cupo muy reducido, que obliga a cada montero a afinar el ojo antes de apretar el gatillo. El cielo amenaza con descargar con fuerza, pero la expedición decide adelantar el paso para ganarle la partida al agua y comenzar la jornada lo antes posible.
Con el rifle a buen recaudo y un walkie-talkie en la mano, nos sumergimos en una mancha donde el movimiento de las reses es constante desde el primer minuto. La tensión crece cuando vemos grupos de ciervas y venados cruzando a toda velocidad, dando apenas unos segundos para decidir si esa cuerna merece el disparo o si es mejor esperar a que aparezca un ejemplar todavía mayor. Entre la lluvia intermitente y el visor que se moja, escuchamos los primeros disparos y el rastro de los jabalíes, que corren libres sin límite de cupo por toda la finca. La densidad de animales es tan alta que elegir el trofeo adecuado se convierte en un reto táctico donde los nervios y la duda juegan su papel.
Al llegar el mediodía, el agua da un respiro y permite que los guías recorran las armadas para comprobar cómo se desarrolla la cacería. Los rumores en la carpa hablan de medallas de oro y plata que ya descansan en el suelo, aunque las cuernas a veces engañan por el gran tamaño de los venados en esta zona de la sierra. El resultado final no defrauda a nadie y deja una estampa de felicidad difícil de olvidar para los pocos afortunados que ocuparon los puestos.