Numerosos encargos para los artesanos contribuyen significativamente a la economía local, dado que gran parte de la población se dedica a la fabricación de este tipo de calzado.
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Los artesanos de Valverde del Camino están en plena recta final para ultimar la elaboración de los botos rocieros, un calzado tradicional para la Romería del Rocío, que está a la vuelta de la esquina.
Este es el periodo de mayor actividad para estos artesanos, quienes reciben numerosos encargos que contribuyen significativamente a la economía local, dado que gran parte de la población se dedica a la fabricación de este tipo de calzado.
Los botos se empiezan a fabricar justo después de la Navidad y pueden variar mucho en diseño y textura según el tipo de piel utilizada.
La confección es un proceso artesanal laborioso y exclusivo, con técnicas que se transmiten de generación en generación. Actualmente, el taller puede llegar a producir hasta 200 pares diarios, lo que refleja el ritmo frenético de trabajo.
Para esta temporada, la moda marca que los botos sean altos y ajustados a la pierna, una novedad que gusta mucho entre los clientes. Además, una tendencia que ha cobrado fuerza es la personalización mediante el grabado de las iniciales del comprador, lo que añade un valor único y exclusivo al calzado.
El cuidado de los botos es fundamental para mantener su calidad y durabilidad. No se deben guardar en lugares demasiado secos, ya que esto puede hacer que la piel se vuelva rígida. Para evitarlo, es habitual embadurnarlos con una grasa protectora que mantiene la flexibilidad y protege el material. Este cuidado asegura que los botos estén en perfectas condiciones para su uso en la romería y durante mucho tiempo.
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