El amor y el cerebro: ¿qué hay de cierto cuando decimos que "el amor es ciego"?

Nos visita la fisióloga e investigadora de la Universidad de Sevilla, Susana Gaytán, que nos habla de cómo influye el amor en el cerebro.

Susana nos habla de cómo influyen tanto el amor y como el desamor en nuestra percepción.

Dice que enamorarse es algo completamente natural y está asociado a nuestra pervivencia como especie. 

Y ahora llega la pregunta que nos hacemos todos: ¿qué hay de cierto cuando decimos que el amor es ciego?

Según la investigadora el enamoramiento activa los receptores cerebrales que recompensan al cerebro, como si de una droga se tratara.

Esta activación produce una oleada de placer que distorsiona la percepción objetiva de la persona amada, lo que explica por qué se dice que "el amor es ciego".

Durante el enamoramiento, se experimenta una alegría desmedida y un profundo deseo de estar con la persona amada, generando una dependencia emocional.

El cortisol, la hormona del estrés, aumenta durante el enamoramiento, explicando síntomas físicos como el corazón acelerado y las "mariposas en el estómago".

Con el tiempo, el enamoramiento evoluciona a una fase de apego, relacionada con la liberación de una hormona que ayuda a mantener relaciones estables.

En caso de ruptura, el cerebro experimenta un proceso similar al síndrome de abstinencia, pero está diseñado para recuperarse y buscar nuevas relaciones

Gaytán enfatiza que el cerebro siempre busca el equilibrio y está diseñado para cuidarnos, incluso durante las experiencias emocionales intensas del amor y el desamor.

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