Manolo Vázquez, 40 años de la retirada de un maestro de Sevilla

El 12 de octubre de 1983, la Plaza de Toros de la Maestranza de Sevilla vivió uno de esos momentos que quedan grabados en la memoria del toreo. Ese día, Manolo Vázquez se retiraba definitivamente de los ruedos. Lo hizo en su tierra, ante su público, y fue su propio hijo, Manuel Vázquez, quien le cortó la coleta en un gesto cargado de emoción y simbolismo.

Su hija Remedios Vázquez recuerda aquel instante en el programa "El Legado de la saga de los Vázquez": "Mi padre volvió a las plazas tras una larga ausencia, pero solo durante tres años. Quería despedirse del toreo como lo había vivido."

Nacido en Sevilla el 21 de agosto de 1930, Manolo Vázquez fue un torero de estilo inconfundible, dueño de una maestría serena y un esplendor plástico que lo convirtieron en figura imprescindible del toreo clásico. Las aficiones de Sevilla y Madrid lo hicieron suyo. En la capital española aseguraban haberlo "descubierto" y, sobre todo, comprendido su arte cuando otros aún no lo entendían.

En 1997, la Junta de Andalucía le concedió la Medalla de Andalucía como reconocimiento a su trayectoria y a su aportación al arte del toreo, compartiendo honor con su hermano, el también mítico Pepe Luis Vázquez.

Tras un proceso oncológico, Manolo Vázquez falleció en Sevilla el 14 de agosto de 2005. Su hija Remedios conserva con ternura las últimas palabras que dejó antes de partir: "Me quiero ir con Sor Ángela al cielo y ver los toros desde allí."

Cuarenta años después de su retirada, el recuerdo de Manolo Vázquez sigue vivo en la memoria taurina y en el corazón de Sevilla. Un torero que convirtió el arte en una forma de ser, y cuya estampa aún parece pasear, pausada y elegante, por el albero de La Maestranza.