En el Día Internacional del Síndrome de Asperger, en Despierta Andalucía, hablamos con el secretario de la Federación Andaluza de Asperger y presidente de la Asociación Horizonte en Jaén.
Las asociaciones luchan por el reconocimiento de la discapacidad psicosocial para que los afectados puedan tener una vida laboral y social plena.
Cada 18 de febrero se conmemora el Día Internacional del Síndrome de Asperger, una jornada para la reivindicación y para mostrar las fortalezas y también las dificultades con las que conviven las personas diagnosticadas.
Para hablar de todo ello nos acompaña en el plató de Despierta Andalucía Patricio Llopis, secretario de la Federación Andaluza de Asperger y presidente de la Asociación Horizonte en Jaén.
El síndrome de Asperger "es un trastorno de neurodesarrollo que se encuentra dentro del espectro del autismo", explica Llopis, "lo que pasa es que hay muchos estereotipos", por ejemplo en películas y series donde aparecen personajes con asperger que muestran un único rasgo, la genialidad. "Pero detrás de esa genialidad en algunos casos nos encontramos con personas que tienen serias dificultades sociales", destaca, "ese mundo social al que todos nos enfrentamos en el día a día, para ellos presenta una dificultad mayor".
Para el secretario de la Federación Andaluza de Asperger, este síndrome "genera una manera diferente de percibir el entorno (...) Lo que una persona aprende de una manera automática, ellos no lo hacen (...) Las normas sociales le tienen que ser explicadas", por lo que "necesitan una serie de apoyos para compensar esas carencias".
"Conforme van creciendo y los requisitos sociales son mayores, el entorno social empieza a ser más exigente, y tienen mayores dificultades", añade, "para hacer amigos, para comprender su entorno, para comprender a sus iguales". Esta carencia, subraya Patricio Llopis, "genera estrés, genera una sensación de angustia, de ansiedad, que ellos viven por dentro" y que en muchas ocasiones provoca que los demás califiquemos a una persona con asperger como "el rarito, el diferente".
El manifiesto que cada 18 de febrero leen en el Parlamento de Andalucía pone este año el foco "en esa discapacidad psicosocial que tienen las personas con asperger", que no tienen "retraso cognitivo", pero sí dificultades para relacionarse con los demás. De ahí que las asociaciones luchen en este momento por el reconocimiento de la discapacidad psicosocial. "El asperger es algo que va a acompañar a la persona durante toda la vida", ya que "no es una enfermedad, sino una condición de ser", destaca Llopis.
Un apoyo adecuado en el sistema educativo y en el acceso al empleo es la clave para que las personas con asperger puedan llevar una vida independiente y sean capaces de una participación social plena. El 84 % de las personas con síndrome de Asperger están desempleadas, a pesar de tener formación media y superior.
Entre las reivindicaciones de la Federación Andaluza de Asperger, que representa a más de 1.900 familias, está también la actualización de protocolos y leyes para evitar el acoso. La gran mayoría de las personas con síndrome de Asperger han sufrido acoso escolar o laboral debido a su diferencia, lo que deja profundas huellas en su experiencia vital.