Espacio protegido

La Sierra de las Nieves, el tercer parque nacional en suelo andaluz

La Sierra de la Nieves se convierte, junto a Doñana y Sierra Nevada, en el tercer parque nacional que se localiza en Anadalucía.

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Con las primeras luces del día este grupo de cabras montesas recorre la zona de pastos en busca de alimento, algo escaso en esta época del año. A pesar de su apariencia y cornamenta, la cabra es un animal bastante tranquilo, que no se espanta fácilmente con la presencia de extraños.

Nos encontramos en el Mirador del Guarda Forestal, ubicado en el límite septentrional de Sierra de las Nieves, uno de los enclaves naturales más singulares de Andalucía, declarado Parque Nacional. Refugio de la cabra montés y otras especies protegidas, su valor radica en su excepcional riqueza botánica y geológica.

El macizo montañoso de Sierra de las Nieves tiene su origen en el plegamiento alpino hace millones de años.

Entre los materiales acumulados se encuentra parte de uno de los mayores afloramientos europeos de peridotitas que alcanza su máximo esplendor en el entorno de Sierra Bermeja.

El afloramiento alpino también originó uno de los karst más interesantes de Andalucía formado por un complejo sistema de peñascos, barrancos, desfiladeros, y cavidades muy frecuentado por los amantes de las actividades al aire libre, el deporte de aventura y la espeleología.

La presencia de estas sierras ha favorecido el desarrollo de endemismos vegetales únicos como el pinsapo, símbolo del futuro parque nacional. Este abeto, que también vive en el Parque Natural de Grazalema y Sierra Bermeja, es una reliquia de la época de las glaciaciones, de porte piramidal y hasta 30 metros de altura.

Intercalado entre los pinsapares, hay encinas, alcornoques, quejigos, mostajos serbales y tejos, plantas que sólo se dan en zonas de cierto frío y cierta humedad. Tampoco faltan sabinares y enebros… una riqueza botánica con más de 1.500 tipos diferentes de plantas.

Tanta diversidad de hábitats sirven de refugio a una importante variedad de fauna silvestre, incluidas algunas especies amenazadas, como la cabra montés o el águila perdicera. Gracias a la pericia de Agustín Oliva, uno de los guardas más experimentados del parque, localizamos varios ejemplares de cabras cuyo pelaje invernal nos deja ver las borras que pierden en primavera. En plena época de celo, las hembras, acompañadas por las crías del año anterior, permiten la presencia de machos en su territorio.

Pero pocos espacios ofrecen al visitante la posibilidad de disfrutar de un paisaje alpino con vistas al mar. Junto a los gestores del Parque, ascendemos al Puerto de los Pilones, una atalaya natural desde la que se divisa el peñón de Gibraltar y el monte Musa en Marruecos, las míticas columnas de Hércules que según la tradición griega marcaban los límites del mundo conocido.

Por este puerto se accede a una de las rutas que suben al Torrecilla, el pico más alto de Andalucía occidental, con 1.919 metros sobre el nivel del mar. Aquí se encuentran algunos de los antiguos pozos de nieve utilizados para fabricar el hielo que, en pleno verano, era consumido en toda la provincia de Málaga y otras ciudades andaluzas.

La estrecha y sabia relación del hombre con su entorno es otro de los argumentos que juegan a favor de convertir este territorio en Parque Nacional.

Un ejemplo de convivencia lo encontramos en el vivero municipal del pueblo de Yunquera, en cuyas instalaciones Cruz Roja Española ha puesto en marcha Resurge Sierra de las Nieves. Un proyecto, dirigido a las personas mayores de 65 años, que busca promover la plantación, conservación y mejora de la masa forestal autóctona de la zona.

Junto a Doñana en Huelva y Sierra Nevada en Granada, Sierra de las Nieves es el tercer parque nacional de Andalucía. Un nivel de protección que, sin duda, traerá más recursos, más inversiones y más oportunidades para el desarrollo económico y social de los pueblos de la comarca.