Fotografía: Carmen Fernández-Enríquez

Inés Bacán y Daniel Casares, cante y toque, para otra noche grande de Bienal

Redacción 25 septiembre 2020

Dos espectáculos llenarán este viernes de la Bienal. En el Teatro Lope de Vega (20.30h.), la cantaora lebrijana, Inés Bacán, será la protagonista de una noche de cante jondo, arrancado de gargantas poderosas descendientes de estirpes flamencas tradicionales, como los Pinini y los Peña. Inés Bacán desplegará toda su estirpe flamenca de Utrera y Lebrija con el espectáculo Memoria de una Superviviente. Este recital, basado principalmente en las vivencias de la cantaora en casa de Fernanda de Funi (su abuela), es una dedicatoria a la memoria de su familia, un homenaje a ese flamenco profundo, atávico, ancestral y clásico, que ha ganado solera con el paso del tiempo y las generaciones.

Inés Peña Peña conocida con el nombre artístico de Inés Bacán, nacida en 1952, es una cantaora con un currículo familiar de gran peso específico dentro de las estirpes más fecundas del mundo del flamenco. Hija de Sebastián Bacán y Ana la del Pelao; biznieta de Pinini; nieta de Fernanda la del Funi; sobrina de Fernanda y Bernarda de Utrera prima del Lebrijano, Pedro Peña y del El Turronero, tía del pianista Dorantes. Hermana del famoso guitarrista y concertista Pedro Bacán.

Ella cantaba en casa, en reuniones familiares o de amigos, pero no fue hasta comienzos de la época de los 90, donde se dio a conocer al público gracias a su hermano, el guitarrista Pedro Bacán, en su empeño de romper su excepcional timidez.

Inés Bacán incluirá en el recital dos piezas originales de su hijo, José Bacán,  la Nana del Mar y Aquellos trenes, una letra que cuenta una pequeña parte de la historia sobre el genocidio gitano. La cantaora contará en su espectáculo con Eugenio Iglesias, guitarra, Bernardo Parrilla, violín, Chicharito de Jerez, palmas, Rafael Moreno, palmas y Vicente Peña Peña, palmas.

Por su parte, Daniel Casares vuelve a la Bienal para presentar en el Real Alcázar  (22.00h.) una exhibición demoledora de técnica, virtuosismo y lírica en Guitarrísimo, el más intimista, personal y delicado de sus ocho trabajos publicados.

Con este espectáculo, el artista de Estepona reivindica la guitarra con una vuelta a los orígenes, a los compases de su niñez, con un conjunto de composiciones inéditas, completamente desprovisto de los arreglos y ropajes instrumentales que le caracterizan. El resultado es un trabajo que destila aplomo, en el que el artista muestra su música en un estado de desnudez total, con concesiones mínimas al compás de las palmas y los jaleos del celebrado dúo formado por los gaditanos Carlos Grilo y Diego Montoya.

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