Las fuerzas del Kremlin salen de la única capital regional bajo su control y se repliegan al este del río Dniéper.
Duro revés para el presidente Putin, que se anexionó ese territorio hace poco más de un mes.
Las tropas de Rusia han recibido la orden de Moscú de abandonar la ciudad ucraniana de Jersón, así como de la zona norte de la provincia homónima, y replegarse al otro lado del Dniéper, el principal río de Ucrania. La ciudad estaba bajo control ruso desde el pasado 1 de marzo, en los primeros días de la guerra.
La decisión llega poco después de un mes de la anexión oficial por parte de Rusia del territorio ahora abandonado y de las regiones del este de Ucrania.
El movimiento se considera una derrota para el presidente ruso, Vladimir Putin. Desde Moscú se justifica como una decisión difícil pero necesaria para reducir el número de bajas entre los soldados rusos y para defender mejor el territorio ante las contraofensivas de las tropas ucranianas. La zona evacuada es clave para el acceso por tierra a la estratégica península de Crimea, bajo control de Rusia desde 2014.
El gobierno de Ucrania desconfía de las intenciones de Rusia al anunciar esta retirada. El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, ha mostrado su sospechas de que se trate de una estratagema rusa y teme represalias por parte de Moscú.