La actual seleccionadora, y segunda de Vilda en el Mundial en cuya celebración se produjo el beso de Rubiales a Jenni Hermoso, ha negado en su declaración ante el juez presiones o instrucciones para con la jugadora tras lo sucedido.
Nueva sesión del juicio contra Luis Rubiales por el beso no consentido a Jenni Hermoso con la declaración como testigo de la actual seleccionadora nacional de fútbol femenino, Montse Tomé que era segunda de su antecesor en el cargo, Jorge Vilda, durante la disputa del Mundial.
La acusación ha tratado de determinar por qué no convocó a la jugadora en el primer partido tras el Mundial por si hubiera podido recibir presiones o instrucciones para que no lo hiciera. Tomé dijo en su día en rueda de prensa que lo hacía para protegerla, pero en su declaración ante el juez ha dicho que lo hizo por "temas deportivos" y por la "presión mediática" a la que estaba sometida la jugadora.
En este sentido ha querido dejar claro que "no fue un castigo" y en esa decisión no influyó el expresidente de la Real Federación Española de Fútbol ni tampoco el también acusado Jorge Vilda, el antecesor de Tomé en el cargo. "Ninguna, yo ya no tenía relación ahí (con ellos)", ha aclarado. No obstante, hay que recordar que, como ella misma ha reconocido, "yo entro en la Federación de la mano de Jorge Vilda".
Durante la sesión se han vuelto a vivir ciertos momentos de tensión protagonizadas por el juez del caso José Manuel Fernández-Prieto quien, cuando la abogada de la acusación que ejerce la Asociación de Futbolistas Españoles (AFE) ha interrogado a Tomé, ha intervenido para decir: "Está insistente con el acoso. ¿Le pegamos para que diga lo que usted quiere?".