El 50 aniversario de la retirada de España de la colonia norteafricana coincide con una resolución de la ONU que refuerza el control de Rabat sobre el Sáhara Occidental y aleja el sueño de autodeterminación de los saharauis.
Cada 6 de noviembre es fiesta nacional en Marruecos para conmemorar aquel acontecimiento histórico: más de 350.000 civiles caminaron hacia el Sáhara Occidental por orden del rey Hasán II.
Marruecos conmemora el 50 aniversario de la Marcha Verde, que se han cumplido este jueves 6 de noviembre. Fue una una movilización popular con la que el país forzó la salida de España de su última colonia norteafricana, el Sáhara Occidental. Un aniversario que celebran los marroquíes y que entristece a los saharauis, que medio siglo después, ven cada vez más lejos su sueño de autodeterminación.
Cada 6 de noviembre es fiesta nacional en Marruecos para conmemorar aquel acontecimiento histórico. Más de 350.000 civiles caminaron hacia el Sáhara Occidental por orden del rey Hasán II, que aprovechó la agonía de Franco, para hacerse con la que era una provincia española.
Pocos días después las tropas españolas se retiraron y Marruecos ocupó ilegalmente el territorio. Medio siglo después el conflicto sigue sin resolverse. El Frente Polisario controla una pequeña porción de la antigua colonia y miles de civiles saharauis viven en campos de refugiados en el desierto argelino.
España abandonó a los saharauis, pero siempre apoyó su deseo de autodeterminación. Hasta marzo de 2022, cuando el gobierno de Pedro Sánchez anunció un giro histórico en su política exterior y apoyó que el Sáhara Occidental fuera una región autónoma dentro de Marruecos. La semana pasada, la ONU también votó a favor de esa propuesta. Un nuevo golpe para el pueblo saharaui.
Basándose en un dictamen emitido por la Corte Internacional de Justicia en 1975, que reconoció vínculos jurídicos entre el sultán de Marruecos y algunas tribus saharauis, el rey Hassan II anunció el 6 de noviembre del mismo año la Marcha Verde, que movilizó a 350.000 civiles hacia la frontera de la entonces provincia española y que condujo ocho días después a los Acuerdos de Madrid, suscritos entre España, Marruecos y Mauritania, con los que quedaba formalizada la retirada española del territorio.
El acontecimiento fue seguido por la guerra con el independentista Frente Polisario que se prolongó hasta 1991 cuando se firmó un alto el fuego, y por el traslado de decenas de miles de saharauis a los campamentos de refugiados de Tinduf en Argelia.
Queda la huella de España
Medio siglo después, Naciones Unidas reconoce la propuesta marroquí de un plan de autonomía para el Sáhara Occidental como base de negociación para resolver el conflicto en ese territorio, administrado en un 80 % por Marruecos, mientras que el 20 % escapa a su control y se sitúa al este y al sur del muro de defensa que separa el territorio y que el Polisario considera como "territorios liberados" mientras que la ONU las denomina zona colchón (obligatoriamente desmilitarizadas).
En El Aaiún, la capital del Sáhara Occidental, es todavía visible la huella española, tanto en la arquitectura como en el idioma, pero la ciudad ha registrado un crecimiento exponencial en los últimos años, con las millonarias inversiones de Rabat y la rápida expansión demográfica en los últimos años.
El próximo año, los marroquíes tendrán una nueva fiesta nacional en su calendario, el 31 de octubre, fecha de la reciente resolución de Naciones Unidas, que ha sido celebrada como un hito histórico en el país y declarada por Mohamed VI "Fiesta de la Unidad".