El número de casos por cien mil habitante en 14 días ha servido para marcar las medidas a seguir.
Pero ahora, con las vacunas, ya no sirve para determinar confinamientos sino para detectar variantes.
Cada día les hablamos de la tasa de incidencia del virus. El indicador sobre los contagios que se dan por cada 100.000 habitantes en los últimos 14 días. Estos datos han servido para ver cómo actuaba la pandemia en el sistema sanitario y marcaban las medidas a seguir. Ahora, con la vacuna, la información se interpreta de otra forma. La incidencia acumulada ya no significa lo mismo: de anunciar muertes y confinamientos a detectar variantes.
Durante todo este tiempo la incidencia acumulada apuntaba si los ingresos hospitalarios y las muertes iban a aumentar o no o si el confinamiento se endurecía. Con la vacunación cambia la interpretación de los datos. Ahora esa incidencia, con tiene pocos contagios en el colectivo de mayores y vulnerables por estar vacunados, y aunque el dato es una media de todas las edades, si se centrase en los jóvenes aumentaría.
Los expertos en salud pública consideran que aunque la incidencia esté bajando por las vacunas, hay que estudiarla porque el virus no se va a ir y da una información sobre posibles cambios. Actualmente esos datos señalan que los contagios se dan más entre los de 10 y 29 años, que aún no están vacunados.