DÍAS D ANDALUCÍA
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La impresionante historia del salvador de judíos Raoul Wallenberg llega a Andalucía

La exposición 'Para mí no hay otra opción' ha hecho parada en Málaga para divulgar el casi desconocido logro de este diplomático sueco sobre el que ha hablado en Días D Andalucía el actual embajador de Suecia en España.

9 enero 2022

Con el Embajador de Suecia en España, Tepo Tauriaunen, ha recordado Días D Andalucía la valiente y desconocida peripecia vital del denominado 'Ángel de Budapest'. La exposición 'Para mí no hay otra opción' -frase que se le atribuye cuando le cuestionaron por la peligrosidad de lo que estaba haciendo- organizada por la UE y el reino de Suecia cuenta la vida y obra de un diplomático que en Hungría salvó a decenas de miles de judíos del Holocausto nazi y ha hecho parada en Andalucía, concretamente en Málaga donde tras pasar por 'La Caja Blanca' y la Universidad, estará desde el próximo fin de semana en Fuengirola. 

La historia de Raoul Wallenberg (1912-1952) ha inspirado al mundo y sus logros nos recuerdan la continua necesidad de combatir el racismo y luchar por los derechos humanos y la democracia. La exposición no solo está dirigida al público en general, tiene un apartado didáctico para alumnos de 3º y 4º de la ESO.

El embajador sueco ha contado como este empresario se convirtió en diplomático en Hungría con la misión de salvar de la muerte a judíos de la Hungría ocupada por Hitler. "Wallenberg hacía negocios con Hungría y a finales de la Guerra, cuando el mundo supo del Holocausto, los americanos intentaron salvar a los judíos y le preguntaron a Suecia quera un país neuta que aún mantenía relaciones con Alemania. Suecia buscó a una persona que fuera a Budapest y él fue quien se incorporó a la delegación diplomática porque tenía ese coraje civil y moral", ha contado Tauriaunen.

La clave que llevó a la salvación de tantas vidas fue que Wallenberg inventó un nuevo tipo de documento, un pasaporte protector, el Schutzpass que entregaba a los judíos e hizo creer a los nazis que era una especie de salvoconducto diplomático. "Era un documento de la embajada semioficial y la persona que lo obtenía podía escapar,  pero si alguien lo hubiera investigado habría descubierto que no realmente no existía tal cosa. Wallenberg hizo muchas cosas extraordinarias para poder distribuir esos pasaportes".

Desgraciadamente, Wallenberg nunca pudo contar su historia ni recibir en vida los homenajes que hubiera merecido su gesta porque desapareció con solo 32 años durante los últimos meses de la guerra tras la llegada de las tropas soviéticas a Hungría. Desde entonces, su familia, a la que no volvió a ver, ha luchado en vano por descubrir qué le sucedió. "Esperábamos más facilidades de acceso a la información con Rusia, pero tanto la versión oficial de la Unión Soviética como la de Rusia es que fue encarcelado en una prisión y allí murió, pero nunca hemos recibido pruebas de ello", ha narrado el embajador sueco Tauriaunen.

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