LA VOZ DE VIGORRA
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La historia de la librería Serendipia

Jesús Vigorra da su particular punto de vista sobre los temas de actualidad en La mañana de Andalucía.

JESUS VIGORRA 13 mayo 2020

Cuando alguna vez me han hecho la típica pregunta esa de a quién le habría gustado entrevistar, siempre contesto lo mismo: al señor que se le ocurrió ponerle ruedas a una maleta. Lo pienso y lo digo sin ánimo de epatar, pues siempre me han interesado las personas que saben ver más allá de lo que vemos los demás teniendo todos delante el mismo paisaje y, por tanto, también la capacidad de resolución que solo unos pocos encuentran. Hoy nadie imaginaría una maleta sin ruedas, pero durante siglos, los viajeros tenían que ir arrastrando sus bultos o contratando a los maleteros que en las estaciones acarreaban con ellos. Hasta que un señor viendo a un viejo derrengado con su equipaje tuvo la idea de ponerle ruedas, como aquel riojano que le puso el palo al trapo inventando la fregona que permitió que muchas mujeres dejasen de arrodillarse para fregar el suelo y deshacerse las manos en lejía.

Les cuento esto porque ante los contratiempos sigue habiendo quien no desfallece y crece, porque vivir es buscar soluciones. La librera del pueblo madrileño de Tres Cantos, cuando tuvo que cerrar su librería por el estado de alarma pensó que si cerraba no vendía, y si cerraba sería para siempre. En tal situación, Elena, que es su nombre, se plantó delante de su hija adolescente y le dijo: "O trabajo o no tenemos para comer", pues ni a la ayuda de autónomos tenía acceso por haber cobrado unas facturas atrasadas en el mes de marzo que no le daban pérdidas como para cobrar la subvención. Con la esperanza de vender tres o cuatro libros al día del fondo que tenía cogió su bicicleta y empezó a visitar a sus clientes y a los posibles que pudieran surgir. En un mes ha vendido más libros de manera itinerante que los vendidos el mismo mes del año pasado, y a la puerta del negocio ha puesto una mesa donde también hace entregas de pedidos desde que autorizaron la venta con cita previa. La librería se llama Serendipia y hace honor a su significado: un hallazgo valioso que se produce de manera accidental. Así fue, por ejemplo, como se descubrió la penicilina. A veces, la oportunidad está al alcance de quien la busca.

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