Las instituciones culturales europeas están exigiendo a los artistas rusos un posicionamiento claro en contra de Rusia.
Algunos han expresado su condena pero otros han dimitido o han sido cesados.
Tras la invasión rusa de Ucrania, las instituciones culturales europeas están exigiendo a los artistas rusos una condena explícita a la invasión para seguir trabajando.
El último ha sido Tugan Sokhiev, hasta hace dos días director de la Orquesta de Toulouse y del Bolshoi de Moscú e impulsor del festival franco-ruso. Ante las presiones recibidas para que se posicionara sobre la invasión, Sohkiev ha dimitido.
Una decisión salomónica porque dice, se le ha exigido algo imposible: renunciar a una de sus dos familias musicales, la francesa o la rusa. Sohkiev sostiene que la música tiende puentes más allá de la palabra y se manifiesta en contra de la llamada cultura de la cancelación que se va imponiendo en toda Europa.
Una de sus primeras víctimas ha sido Valery Gergiev, muy próximo a Putin, cesado como director de la Filarmónica de Munich. También la soprano Ana Netrebko ha visto cancelados todos sus conciertos.
Sin embargo, dentro de Rusia, y pese a las amenazas de represalias, destacadas voces de la música han dejado claro su "no a la guerra" y han suspendido sus conciertos.
Entre ellos, Vladimir Urin, director general del Bolshoi, el pianista Eugeny Kissin, el director Vasily Petrenko o el rapero Oxxxymiron.